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ESTUDIO DE LA RAÍZ SEL, FORMANTE DE LA PALABRA IBÉRICA SELTAR

 

ESTUDIO DE LA RAÍZ “SEL”, FORMANTE DE LA PALABRA IBÉRICA “SELTAR”

 

 

 

1. INTRODUCCIÓN.-

 

En ibero es muy frecuente encontrar la palabra “seltar” en lápidas que, se supone por el lugar donde se han encontrado (necrópolis), son lápidas funerarias, con sus típicas leyendas. Santiago Pérez Orozco, en la revista Arse núm. 41, del 2007, hace un estudio en el cual concluye que el valor semántico de “seltar” es equivalente a nuestro “túmulo” o “tumba”, ya que muchas palabras vascas actuales, como “zaldar”, “zolder”, “zelder”, “zildar”,... significan conceptos parecidos a lo que para nosotros es un ’abultamiento’, como es un ’abultamiento en la piel’, etc. Esto, transferido al ámbito de los cementerios y enterramientos, “seltar” seria el abultamiento propio de la tumba, el túmulo que se forma conteniendo el féretro o despojos del muerto.

 

Sobre esta cuestión, y avalado por bastantes estudios semánticos de muchas de las raíces, que son comunes ya no solo a las lenguas de origen latino, sino también a otras de diferente tronco, como el vasco, puedo concluir otro significado significativamente diferente para “seltar”, que es coincidente con las palabras, ya no vascas, aunque también, de origen latino y anglosajón, que contienen esta raíz “sel”. El significado que aporto para “seltar”, congruente creo que también con el mundo de los cementerios, seria el de ’celda’, ’tapa’, o ’cierre’, referido al espacio hueco donde se coloca el muerto, y que luego es ’tapado’ o ’cerrado’, normalmente con una losa. Este cierra o “sellado” es lo que da el nombre a esta palabra tan básica del ibero, que se repite en gran de textos lapidarios.

 

 2. ANÁLISIS DE LA RAÍZ “SEL” EN LA PALABRA “SELTAR”.-

 

Ante todo hay que buscar en nuestras propias lenguas romances aquellas palabras que comparten con “seltar” su raíz, que para mi es solo y tan solo “sel”. Con estas comparaciones podremos dar con el significado de la raíz de la palabra, que subyace no solo en “seltar” sino también, como veremos, en gran cantidad de palabras más de diferentes léxicos. Como analizaré en el punto siguiente, son muchas las palabras que nos ha dejado el latín con esta raíz. Pero previamente he de hace una labor de explicación de por qué “seltar” hay que dividirla en dos partes “sel” y no “selt”, y “-ar”, como morfema que representa a una especie de articulo o demostrativo.

 

El grupo consonántico “lt” o “ld” es bastante frecuente en las palabras iberas. Se da en nombres tan conocidos como el de Lleida, antes “Iltirta”, o en el de Zaragoza, antiguamente “Salduie”. En ambos casos se comparte este grupo consonántico. Estas consonantes luego han dado “ll”, como vemos aun hoy en “Ll-eida” o en “sall-uitana”, nombre latino de la “turma” procedente de Salduie”, que, como se puede observar, ha perdido la “-d-” intermedia, quedando en “ll”. Los romanos dejaron a “Iltirta” en “I-l-erda”, es decir, en una sola “l”, ya que ellos tenían una dificultad importante en pronunciar la “ll” palatal. Estos casos y muchos otros nos hacen ver que la grafia ibérica para “ll” no era esa repetición de la “l” que hoy usamos, sino la “lt” o “ld” que hemos visto, pero con un sonido igual al que aun hoy el pueblo catalán utiliza con profusión, la “ll” palatal, cosa digna de tenerse en cuenta dado que el pueblo catalán en su extensión valenciana, balear e incluso en parte andaluza, ocupa el mismo territorio que ocupaban los iberos, y hemos de ver, pues, a ellos como herederos de su cultura y, en parte, de su lengua.

 

Esta característica fonética del ibero debió de entrar en conflicto con otros pueblos, especialmente los romanos y su latín, que no distinguía la pronunciación palatal de la que no lo era, quedando la doble “l” en una simple geminada. Debido a este choque lingüístico a nivel de este fonema, encontramos muchas variedades de pronunciación de la “l”, que desde la simple “l” evolucionó a doble “ll”, geminada “l·l”, “ll”, palatal, que con el tiempo ha dado lugar a “j” y “y”, especialmente en la lengua castellana, seguramente debido a una dificultad heredada de influencias germánicas. Salvado este pequeño, pero importante, escollo, hemos de coger palabras con base en “sel” y no en “sel-t”, y reconocer como variaciones fonéticas o gráficas las letras “c”, “z”, “j”, “ll”, etc.

 

 

3. COMPARACIONES DE LA RAÍZ “SEL” EN PALABRAS DEL LÉXICO LATINO.-

 

 

Del cúmulo de palabras que contienen esta raíz “sel”, escogeré aquellas más sencillas, teniendo en cuenta que muchas de ellas vienen escritas con “c” en lugar de la silbante “s”, siendo el castellano “ce” y “ci, o “z” un sonido silbante pero más africado hacia los dientes.

 

3.1 La primera y más básica es “sellar”, verbo con un significado que creo se ha cruzado con “sigilo”, ya que en latín “sigillare” tiene el sentido más cercano a ’imprimir’, ’estampar’. En cambio “sellar” es distinta en significado, pues quiere decir ’sellar’, ’cerrar’, ’tapar’, ’concluir’, tal como decimos en “sellar” una pared con una “selladora”, refiriéndonos a la pasta utilizada para tapar los pequeños agujeros y poros de la pared. Igualmente la idea de “sellar” se extiende a todo aquello que, aunque abierto en un momento, puede quedar cerrado, tapado.

 

3.2 Una segunda palabra, esta vez con “c”, es “celar”, que el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) hace derivar de tres palabras distintas: “zelare”, ’emular’, “celare”, ’ocultar’ y “caelare”, ’grabar’, ’tallar’. Es evidente que “celar” es mantener oculto y cerrado un recinto, y de aquí se deriva la palabra “celador”, persona que tiene como misión guardar un espacio cerrado, permitiendo solo el paso a aquellas personas autorizadas a entrar o salir. Palabras como “cancelar” o “cancela” significan algo así como ’cerrar’, ’anular’, ’obstaculizar el paso’. Y de aquí surgieron otros significados secundarios referidos a: ’tener interés’, ’emular’, ’ocultar’, ’vigilar’, incluso palabras como “celo” o “celos”, en el sentido de interés o desconfianza, no dejan de ser derivados del sentido primario ’cerrar’, ’ocultar’, que se ha aplicado a gran cantidad de situaciones, dando lugar a una gran diversidad de significaciones secundarias. La RAE hace derivar “celos” del griego “zelos” y este del verbo griego “zein”, ’hervir’, que se aparta mucho del verdadero origen de la palabra.

3.3 En el sentido de “celada”, “celado” o “celosia” la RAE lo atribuye al verbo latino “caelar”, ’grabar’, ’tallar’, pero creo que se relaciona más bien con la raíz “sel” y su sentido de ’cerrar’ o ’tapar’, ya que las celadas y las celosías, aunque si están recortadas, talladas, representan el cierre de una puerta, de una abertura, que no se cierra absolutamente, para poder dejar pasar la luz o la voz, pero que obstaculizan completamente el paso hacia el interior.

3.4 Otra palabra muy básica, también escrita con “c” es “celda”, en la cual, curiosamente, tenemos el grupo “ld”, muy probablemente porque también en nuestras lenguas romances la palatal “ll” dio lugar a esta interpretación fonética, como vemos en otras palabras: “mo-ld-e”, cuando en catalán la palabra es “mo-tll-e”, con “ll”. Es, pues, la misma raíz con una modernización fonética y gráfica coincidente, al menos gráficamente, con “seltar”. La palabra “celda” proviene de la palabra latina “cella”, sin “d”, y con el sonido “l”, ya que el latín, aunque escribía la “ll”, la pronunciaba como “l”. Su significado que aun conservamos intacto es el de ’lugar o sala cerrados’. Tanto es así que la palabra “cár-cel”, del latín “carcer”, presupone una habitación cerrada para la reclusión de presos. Por lo tanto la “celda” bien puede equivaler a aquel espacio cerrado voluntariamente para contener o guardar cosas o personas.

3.5 En este mismo sentido nos encontramos con la misma palabra, pero compuesta con preposiciones prefijadas, como es el caso de la palabra “con-sejo”, del latín “consilium”, que, aunque el diccionario asocia a ’dictamen de órgano colegiado’, ya que lleva la preposición “con” de compañía, no tiene tanto el sentido del producto del consejo, sino del mismo grupo de persona y el lugar donde se encuentran, es decir, cerrados en una habitación para deliberar y dar una sentencia al respecto de algún tema o cuestión. De aquí que el “consejo” partiera de este ’cerrarse conjuntamente’ en una “celda” para deliberar.

 

3.6 Otra palabra que puede parecer más lejana respecto al sentido semántico de la raíz “sel”, es la palabra “silla”, escrita con “i” que, creo, es una distinción diacrítica del castellano, para, por medio de diferentes grafías, distinguir palabras que tenían una misma pronunciación, pero no una misma significación, y con la finalidad de no prestarse a equívocos. Esta palabra deriva del latín “sella”, que debió dar nombre no al mueble que ahora conocemos como tal, sino a la cinta que apretaba el tronco del caballo y en la cual se fijaba la silla de montar para cabalgar el caballo. Esta cinta o cierre de la “sella” equivale también a otras cintas o pelos que cierran o cubren partes del cuerpo como los “cilios”, derivados posteriormente al castellano como “cejas”. Por lo tanto, la “silla” como el “cilio” no son más que nombres distintos, aparentemente por nombras cosas distintas, pero que nombran a un mismo significado: el ’cierre’ de las cintas sobre un cuerpo o una cosa. Las diferencias entre la “e” y la “i”, como entre la “l” y la “ll” o la “c” y la “s”, no dejan de ser recursos lingüísticos para diferenciar cosas más concretas que el sentido general de la raíz.

3.7 Otra palabra muy usada y que también se ha tenido para ella un étimo latino diferente es la palabra “cielo”, del latín “caelum”, pero con un sonido silbante que lo acerca a la raíz “sel”. Aquí la “e” ha diptongado a “ie”, cosa normal en el castellano, pero no así en el catalán que solo hace “cel”. El “cielo” era para aquella época antigua, y también en cierto modo para hoy, el techo que cerraba por arriba la bóveda que se pretendía que tenia la tierra. Esta idea de ’techo’ subsiste en las expresiones: el “cielo raso” para el falso techo de las viviendas, o el “cielo” del paladar.

3.8 Una palabra más que se le ha dado origen latino distinto a las anteriores palabras, es el verbo “cejar”, muy parecido fonética y gráficamente a “ceja”, y que la Real Academia de la Lengua Española (RAE) hacer derivar del verbo latino “cessare”, ’retirarse’, pero que personalmente no comparto que sea este su étimo, ya que el significado más auténtico es el de ’acabar’, ’cerrar’, ’finalizar’, que aunque pueda acercarse fonética y gráficamente a “cesar”, este conlleva otro sentido más claro de ’cortar’, y el otro de ’cerrar’, ja que sus raíces base son diferentes: “ses” y “sel”, que con la palatización de la “l” paso a “ll” y luego a “j”.

3.9 Los verbos con base en “cello”, como “excelir” y sus adjetivos derivados (excelente, excelso, etcl) no tienen una explicación en base a esta raíz “cell”, sino es aplicada con el prefijo “re-” o “ex-”. En el caso del latino “excello”, con el sentido de ’sobresalir’, creo que es fácil deducir que “cello” se refiere a algo que establece un techo, un límite por arriba, que es sobrepasado o superado por aquel que “excele”.

3.10 Una palabra con significado muy distinto es “selva”, del latino “silva”, pero que, a pesar de ello, y si analizamos las dos raíces que componen la palabra, “sel” o “sil” y “b-”, podemos explicar la palabra en base a este compuesto que significa: ’separación’ (“b”), del que es ’cerrado’ (“sel”). Por lo tanto, se concibe la “selva” como algo que esta separado del espacio cerrado, limitado, propio de las personas y de su propiedad. La naturaleza, por definición, es abierta, sin límites y sin cierres artificiales para las personas, animales o vegetales.

3.11 Otras palabras que se relacionan con el concepto ’techo’, ’tope’, ’cierre’, son las palabras “doncel” y “doncella”, compuestas por “dominus”, ’señor’, contraído a “don”, y “cel”, que no es el morfema de un simple diminutivo, sino el sentido que hemos visto hasta ahora de la raíz “sel”: ’limitar’, ’cerrar’, determinando al concepto que acompañan, en el caso de “doncel/doncella” a “don”. Por lo tanto, se concibe al “doncel/doncella” como aquella persona joven, limitada en el tiempo y en su desarrollo físico, psicológico y social, especialmente en los hombres cuando aun no se han estrenado como caballeros y guerreros. En el caso de las mujeres el paso a “dominas” es el hecho de ser mujeres casadas, siendo las “doncellas” solteras.

3.12 Trasladándonos al idioma catalán, podemos añadir alguna palabra distinta más, típicas en este caso del léxico catalán. Es el caso del “sello”, ’botijo’, que el diccionario catalán-valenciano-balear (DCVB) atribuye a un latino vulgar reconstruido *sitilone, derivado de “situlo”, ’cántaro cerrado’. Para mi no es convincente este razonamiento basado en la reconstrucción de una palabra procedente del latín, cuando tenemos con mucha mayor claridad la raíz “sel”, que no necesita ser derivada de ningún “situl” latino, sino directamente de la raíz “sel”. Precisamente la característica de este tipo de “cántaro” es la de estar cerrado, con solo dos pequeños orificios en la parte de arriba, uno mayor para poner el líquido, y otro más pequeño par poder beber a chorro.

3.13 Abundando en la terminación “cell” o “cella”, que ya hemos visto para “doncel/doncella”, en catalán encontramos nuevos ejemplos de este, considerado, diminutivo: “porcell”, ’cerdo pequeño’, donde, además de la raíz “porc-” del cerdo, es evidente el sufijo “cell”, con el sentido de ’pequeño’, que, como ya hemos visto en los casos anteriores, prefiero atribuir al significado de “sel” como ’cerrado’, ’limitado’ en su crecimiento. Otra palabra, todavía más clara y evidente es “poncella”, ’capullo de una flor’, que el DCVB hace evolucionar de otra raíz latina diferente como es “pullicella”, ’pollita’, cuando es muy diferente la raíz “pon” de la de “pol”. Lo que si acierta es en el carácter diminutivo de “-cella”, para la cual yo le doy la misma significación que hemos visto hablando de “doncel” y de “porcell”. Es aquí mucho más evidente el carácter de ’cerrado’ de la flor antes de ser flor, la flor en ciernes, que se encuentra aún tapada, cerrada, cubierta en sus propios envoltorios.

3.14 Ya para acabar esta serie de palabras, propongo dos más muy parecidas: “cincel” y “pincel”. Ambas, según la RAE, derivan de palabras latinas un tanto forzadas: la primera , “cincel”, del bajo latín “scisellum”, derivado de “scindere”, ’hendir’, ’escindir’, y la segunda, “pincel”, del propio catalán “pinzell”, y este del latino “penicillu”, compuesto en base a “penis”, ’cola’. Por lo que a mi me sugiere, veo que ambas palabras tienen la raíz “cel” de la que estamos tratando como una variante más de “sel”. Su significado es el de ’cerrado’ que referido a “cincel” se refiere a la capacidad de que lleva en si, ’cerrada’ en si, de perforar, de cortar, de separar (raíz “sin”). En la segunda palabra, “pincel”, “cel” se refiere, como en “cilio” y “ceja”, a los hilos que cierran y contienen la pintura que se acumula entre ellos, y que permiten aplicarla a una superficie.

 

 

 

 4. COMPARACIONES CON EL LÉXICO VASCO Y OTRAS LENGUAS NO LATINAS.-

 

Los idiomas antiguos son los que se hablaron en estas tierras de la península ibérica antes de la llegada de los romanos, y la consiguiente latinización, que se fue imponiendo lentamente hasta llegar a la casi totalidad de la península (se exceptúa la lengua vasca). Los diccionarios no suelen encontrar étimos en estas lenguas por ser bastante desconocidas, incluso el vasco o lenguas euscaroides que se hablaran en aquella época. A veces, simplemente, se limitan a observar que es una palabra de origen preromano, sin especificar más.

También algunas palabras son fácilmente entroncadas con el vasco por ser de muy clara su relación con las palabras actuales (castellano: “izquierda”, vasco: “ezker”, o catalán: “sucarrat”, ’quemado’, y vasco: “sugar”, ’llama’). Pero ya es mucho más difícil localizar en nuestro léxico palabras procedentes del ibero, que las debe de haber, pero por se esta lengua aún no conocida con seguridad, no se puede aventurar que estén presentes en el léxico castellano o catalán, por ejemplo. El bereber si que puede desempeñar una ayuda en la interpretación de nuestras palabras, por ser este idioma no indoeuropeo y estar entroncada en buena parte con el vasco y en lógica consecuencia con el ibero. No obstante si que podemos buscar los etimos vascos, iberos y berebers en algunas palabras, más de las que uno piensa, en las palabras que la misma RAE o el DCVB señalan como preromanas o preindoeuropeas. En el siguiente apartado analizaré aquellas palabras que contienen la raíz “sel” y estan presentes en los léxicos anglosajones, habiendo estos, vía invasiones germánicas, haber introducido algunas palabras en nuestros léxicos.

4.1 La primera palabra que la RAE cree que no es latina y se decanta por ser preromana es la propia palabra “sel”, ’pradera utilizada para la siesta el ganado vacuno’. Es una palabra de uso rural y regional, por lo tanto dialectal, pero es un caso muy claro y evidente de utilización de esta raíz de forma sencilla. De hecho los prados o pastizales eran zonas valladas, cerradas, protegidas por setos, de forma que los “sels” eran lugares cerrados donde ’cerrar’ las vacas para pasar sus horas de descanso y protegidas de posibles peligros.

 

4.2 Dentro del léxico vasco actual también encontramos, aunque pocas, palabras que contienen esta raíz “sel”, tal como es “zel-ai”, ’campo’, ’prado’, ’llanada’. Aquí vemos como “sel” lleva añadid una segunda raíz o morfema, “-ai”, que creo proveniente de una “l” palatizada de la raíz “-al”, con el significado de ’lado exterior’. Son muchos los diptongos acabados en “-ai” que provienen de esta evolución fonética de la “l” palatizada (“gar-ai”, “g-ai”, “k-ai”, etc.). En “zelai” tenemos un espacio exterior vallado, cerrado, limitado, que es utilizado para finalidad agrícola o ganadera.

 

4.3 Una segunda palabra, mucho más de uso gramatical, es “zelan”, ’como’, ’según’. Es una palabra que seguramente esta relacionada con otras también de función gramatical y muy utilizadas como “zer”, ’que’, ’algo’, “zerbait”, ’algo’, “zergatik”, ’por qué’. En mi opinión la “r” y la “l” son en el vasco, al igual que en el bereber o amazigh, intercambiables. Por ello creo que tanto “zer” como “zel-an” comparten la misma raíz, que es “sel” y no “zer”. El significado en estas palabras, en principio tan alejadas semánticamente de las que hemos estado viendo, es que “sel” define a una cosa ’cerrada’, ’limitada’, y que puede dar lugar a muchas aplicaciones y a muchos conceptos derivados, pero el más general y abstracto es el de definir una cosa por ser ella misma, cerrada, diferenciada de otras. Es lo mismo que nosotros definimos con el “que”, como algo concreto y diferenciado. En “zel-an” tenemos, además, el morfema locativo “-an”, ’en’, ya que el modo se traduce como estar situado, sobre o encima de algo, que es lo que nos da el ejemplo a aplicar en otra situación parecida.

 

4.4 Otra palabra vasca que contiene la raíz “sel” y podría no ser más que un préstamo latino, es la palabra “zela”, ’silla de montar a caballo’, y hay que hacer notar aquí el sentido de la ’silla’ como la utilizada para el caballo, tal y como hemos visto al tratar del latino “sella”. Por lo tanto, bien podría haberse tomado del latín, o, por lo contrario, el latín tomarlo de una lengua preindoeuropea anterior al latín en la península itálica.

 

4.5 También con posible origen latino tenemos la palabra vasca “zelata”, ’acecho’, que ya hemos comentado al hablar de los diferentes significados del verbo “celar”, entre ellos los de ’vigilar’, ’cerrar’, ’estar a la entrada/salida de un recinto’, o simplemente vigilando el movimiento de algún animal o persona para cogerla en una trampa, en una ’encerrona’.

 

Aunque son muchas más las palabras vascas, es bastante claro que son pocas en cantidad que las comparadas con las de origen latino, y las que tiene el vasco es muy probable que la mayor parte sean prestamos latinos. Es pues bastante evidente que esta raíz sea mucho más presente en el idioma latino que en el protovasco o en el ibero. Esto nos induce a pensar que la lengua ibera cogiera la palabra “seltar” del léxico latino, o al menos, de lenguas de la misma familia que el latín, como seria el celta de aquella época.

 

 


5. COMPARACIONES DE LA RAÍZ “SEL” CON LOS LÉXICOS ANGLOSAJONES.-

 

En la lengua inglesa encontramos algunas palabras que, también, podemos relacionarlas con esta raíz. Las más importantes són:

 

5.1 “Seldom”, ’pocas veces’, ’raramente’, la cual, si quitamos el morfema “-dom”, que da nombre a una cualidad, como en nuestro léxicos el morfema “-dad” (mal-dad, liber-tad, herman-dad, etc.), obtenemos la raíz pura “sel-”, plenamente coincidente con la fonética de la misma. En su aspecto semántico, el más difícil, creo que el hecho de ser u objeto ’raro’ o poco frecuente se debe a ser un objeto ’cerrado’, de poca expansión o abertura a la sociedad. Por lo tanto se equiparan los conceptos de ’rareza’ con el de ’cerrado’.

5.2 “Select”, ’escoger’, es una palabra también existente en latín, y que, seguramente, fue prestada por este al inglés en su romanización de las islas británicas. “Sel-ect” se compone de dos raíces muy claras: “sel-”, con el significado ya visto, y “-ec-”, con el sentido d’’extraer del límite’, ya que el hecho de ’seleccionar’ se resume en ’extraer fuera un objeto que se encontraba dentro, cerrado’.

5.3 Una palabra típicamente inglesa es “sell”, ’vender’, que junto a “sale”, ’venta’, forman un dúo donde el cambio fonético de la vocal puede significar una variación del morfema, dentro de la misma raíz. Creo que el significado de “sale” es parecido a nuestras palabras “saldo”, “saldar”, que se refieren a aquella parte exterior que “sale” o queda fuera de un conjunto. Es pues aquella parte que queda fuera del grupo, al servicio de otra gente a la cual la hemos librado. En “sell” la presencia de “e” nos hca ver como el lado de límite (“-el”) juega un papel de barrera, que tan pronto cierra como abre para dejar pasar alguna cosa. Este juego de abrir o cerrar es el que da nombre al verbo “sell”, como capacidad para ’vender’, para desprenderse de alguna cosa.

5.4 Con una pequeña variación fonética, “sh” en lugar de “s”, tenemos la palabra “shell”, ’cáscara’, ’caparazón’, una definición que da en el clavo y cuadra perfectamente con el significado de la raíz “sel”, como ’cierre’, o objeto que cierra, que limita un recinto.

 

En la lengua alemana encontramos palabras, algunas comunes con el inglés, que también llevan esta raíz. Veamos algunas:

 

5.5 Común con el inglés “self”, tenemos la palabra “selbst”, ’uno mismo’, donde la raíz “sel” se desvirtúa al llevar la raíz añadida, en su mínima expresión, “-b”, ’separar’. Así pues, se define la capacidad de ser independiente de los demás, de ser uno mismo, con la separación de un lugar cerrado con lo que representa de límites a la libertad de actuación y de expresión. Las condiciones que limitan a uno mismo son las nos impone un grupo cerrado, limitado, con normas que unen y diferencian a ese grupo.

5.6 También comparte con el inglés la palabra “shelter”, ’refugio’, ’cobertizo’, que tiene su correlato alemán en “zelt”, ’tienda’, ’carpa’, con una ligera variación fonética, pero que comparte el valor de ’cierre’ o de ’cobertura’ propio tanto de una tienda como de un cobertizo.

5.7 Para finalizar un nombre propio del alemán, aunque extraño semánticamente respecto a todo lo dicho: la palabra “sellerie”, ’apio’ en alemán. Quizás sea esta una hortaliza que sus hojas cilíndricas y concéntricas se cierran unas a otras, como las capas de una cebolla. Si a este concepto básico le añadimos el morfema “-erie”, propio de los lugares o cosas donde abunda algo (libr-eria, sidr-eria, cristal-eria, etc.), podremos definir a esta hortaliza como ’donde abunda los cierres’.

 

 

6. CONCLUSIÓN Y RESUMEN.-

 

Hemos visto una palabra ibera como “seltar” que podemos muy bien traducir fonéticamente como “sellar”. Tenemos que el sufijo “-ar”, como ya se explica en mi otro trabajo titulado “Similitudes entre el vasco, el bereber y el ibero”, equivale a un articulo demostrativo que fue utilizado ampliamente por el ibero, pero también por el vasco, quedando no solo en el articulo sino en muchas palabras de su léxico: “sen-ar”, ’marido’, “ib-ar”, ’valle’, “old-ar”, ’empuje’, etc. También esta presente en el morfema castellano de las palabras colectivas del tipo: “pin-ar”, “vill-ar”, “castell-ar”, “sol-ar”, etc.

 

Esta palabra “seltar”, basada seguramente en una tradición celta o latina funeraria, dio nombre a los recintos, y más concretamente a las tapas que cierra o cubren los huecos utilizados como fosas funerarias. Esto que hoy llamamos “lápida” equivaldría a la antigua “seltar”, superficie sobre la cual seria oportuno escribir grabando en la piedra las dedicatorias o epitafios más comunes en los cementerios. Tanto si son casos de inhumación como de incenaración, la tapa o lápida servia para sellar o cerrar los restos allí depositados en la cavidad.

 

Quizás la palabra más próxima a “seltar” en castellano sea “celda”, como lugar cerrado, tapado, y destinado a contener algo para nosotros valioso. Respecto a las traducciones de algunas frases gravadas en ese tipo de lápidas, el señor Santiago Pérez Orozco propone unas cuantas donde aparece esta palabra, y de las cuales yo solo analizaré un par. Se trata de las leyendas calificadas como E.10.1 de Cretas, y la F.5.1, de Cabanes, que voy a intentar traducir con la siguiente lectura:

6.1 “Kalun seltar”, es la primera, de Cretas, en la confluencia entre los paises aragonés, catalán y valenciano. Es evidente que “kalun” complementa a “seltar”, y hay que leerla como un complemento determinativo. Por otra parte, tenemos en “kal-un” una terminación, “-un” muy corriente aun hoy día, y que en vasco forma parte del morfema “.-dun”, ’el que tiene’, ’propietario’, compuesta a su vez por “-un”, que leeríamos como ’que tiene’, y donde la “-n-” actúa como pronombre relativo, y “-u-” como raíz mínima del verbo “u-kan”, ’tener’, más “-d-” como raíz mínima del verbo ser, “izan”, pero que en su tercera persona hace “d-a”, ’él es’. Por lo tanto, tanto “-dun” como “-un” podríamos traducirlo como ’que tiene’ o ’poseedor’. 

Respecto a la raíz “kal-” muy analizada en otros trabajos míos, es indudable que se relaciona con lo ’perdido’, en un sentido amplio, pero más concretamente a los huecos o agujeros que, de forma natural o artificial, vemos en la naturaleza: “cala”, “calado”, “calar”, etc., incluso en el vasco tenemos “kale”, ’calle’, “kai”, ’muelle’, es decir, lugares perforados, desgastados, ahuecados como es el caso de una fosa, para, en este caso, alojar al difunto. Una vez analizada la palabra “kal-un” como la que ’tiene cavidad o fosa’, podemos leer la frase como: ’lápida’ (cierre o tapa) que ’contiene una cavidad’, explicativa pues de su propia realidad y contenido. Puede parecer una explicación demasiado simplona, pero creo que el lenguaje no hace más que describir lo que ya es evidente.

6.2 La segunda frase ibera es: “iltirbikisen seltar wi”, vemos en primer término”iltirbikisen”, con un “-en” final, que siempre, casi todos los estudiosos del tema, interpretan como el morfema del caso genitivo: “de”, traducción muy paralela a “iltirkesk-en”, referido a las monedas ilergetas, que debemos leer como ’de los hombre de Iltirta’. A diferencia de esa leyenda monetal, esta frase tienen un “-bi-” infijo que distorsiona la lectura. Este “bi” siempre se suele traducir por el número ’dos’ y que aun hoy se hace servir en algunas palabras (bi-sílaba, bi-pedo,...). El témino “kis-” comparte raíz con la palabra sustantiva vasca “giz-on”, ’hombre’, por lo tanto seria ’dos hombres’, o mejor, “bi-kis-en”, ’de dos hombres’. Respecto a “iltir-”, que habriamos de leer como “illir- se ha traducido como el “ili” ibero o el “iri” vasco, ’ciudad’. Jo creo que la terminación “-ir” equivale a un articulo plural, ’los’, por lo tanto seria no ’la ciudad’ sino ’las ciudades’, como un pluralitzador que a la vez es individualizador, miembro de un colectivo. Este término “illir” forma parte del nombre de la ciudad de Iltir-ta y creo que, también, del pueblo valenciano de Lliria.

Aceptando, pues, todos estos postulados, la lectura de “iltirbikisen” seria la de: ’de dos hombres de las ciudades’. Faltaría averiguar la corta y misteriosa palabra “wi”, que Orozco asocia a un demostrativo tipo “esta”. Para mi “wi” también es un demostrativo, pero plural, como en el bereber en que la “i” se asocia al plural. Seria “wi” estos, ya que la “w” se asocia con el masculino y la “t” con el femenino. El resultado final de toda la frase seria: ’de dos hombres de las ciudades, la lápida, estos’, o quizás de forma más actual: estos, la lápida de dos hombre de las ciudades, o de ser un nombre propio, de Lliria.

 

Todo ello no son más que aproximaciones hipotéticas en las que son necesarias conjugar léxicos provinientes de latín y lenguas romances (castellano, catalán, …), del vasco actual y del hipotético vasco antiguo reconstruido, del ibero, con la ayuda inestimable de la lengua bereber actual, en muchas cosas explicativa de ciertos rasgos tanto del vasco como del ibero. Seria pues la lengua ibera un conglomerado de aportaciones, por una parte indoeuropeas, ja sean celtas o latinas, y de un fondo importante de lenguas no indoeuropeas, emparentadas con el vasco y el bereber de aquella época.

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