EL SIGNO LINGÜISTICO ES MOTIVADO
Definiciones.-
Todo el mundo conoce las definiciones de los conceptos básicos de la lingüística, pues se estudian en primaria y secundaria. Pero hagamos un ligero repaso.
La comunicación consite en un acto mediante el cual un individuo (ser humano, animal u objeto) establece con otro u otros un contacto que le permite transmitir una determinada información.
Al establecer cualquier proceso de comunicación, nuestra principal intención es comunicar un determinado contenido a un receptor, pero aparte de esta función primordial, el uso del lenguaje puede ser usado para desempeñar muchas otras funciones, como estableció Roman Jakobson.
La base de todo proceso de comunicación es el signo, que es el elemento con que el emisor codifica su mensaje.
Cuando se habla de signo se dice que el signo lingüístico no tiene semejanza entre el objeto representante y el objeto representado, pero que se le hace corresponder el uno al otro sin que haya esta semejanza.
Aquí reside la diferencia entre el que yo mantengo y la corriente normalmente aceptada en la lingüística, que si aceptan que no haya una semejanza entre ambos planos del signo.
Siguiendo con las definiciones llegamos a la del signo lingüístico que es un tipo concreto de señal. Según Ferdinand de Saussure: "el signo lingüístico es una entidad psícquica de dos caras en la que se unen un significante (imagen acústica) y un significado (concepto)". Louis Hjelmslev definió estos dos planos como expresión y contenido. Estos lingüístas señalan una serie de peculiaridades que caracterizan el signo lingüístico:
Arbitrariedad: para Saussure, el lazo que une el significante y el significado es radicalmente arbitrario, aunque otro lingüista como Benveniste prefiere hablar de que es convencional. Cada comunidad de hablantes utiliza distintos significantes para un mismo significado. La palabra que nos sirve para referirnos a "pájaro" es pájaro pero podria ser otra y todos la entenderiamos. En cambio para los franceses la palabra que se refiere al significado anterior es “oiseau”.
Ya no paso a definir otras características que, para el caso que nos ocupa, no serian relevantes, cualidades como: linealidad, oralidad, continuidad y discontinuidad, mutabilidad i inmutabilidad y doble articulación.
Todo signo se compone de un significante y un significado. En el caso del signo lingüístico el significante es la sucesión de sonidos o letras que constituyen el monema o palabra, tal y como la pronunciamos o la escribimos, y el significado es el concepto de ese signo. El hecho de que el signo sea articulado, es decir, compuesto por unidades más pequeñas y, por tanto, divisible, hace que podamos obtener dos tipos de unidades: las primeras, más grandes, los monemas, que se definen como unidades menores de una lengua dotadas de significación, y los fonemas que son las unidades mínimas, pero carentes de significación. Aquí es donde difiere mi teoria sobre el signo, ya que si la hay y de esa significación vamos a tratar. Es lógico pensar que, gracias a esta doble articulación, la capacidad de la lengua aumenta mucho, pues permite una mayor combinación de elementos con unos pocos elementos fónicos de partida.
Existen otros lingüistas que han modificado levemente este esquema generalmente aceptado. Mel’cuk añade a esos dos planos del signo un tercer plano, el sintáctico, cuya función consiste en describir todas las propiedades de un signo dado y controla la concurrencia de ese signo con otros signos. Es lo que Saussure decia cuando :"no hablamos por signos aislados, sino por grupos de signos".
Pero hay otros lingüistas que han discutido sobre la motivación o la arbitrariedad del signo lingüístico, como Jacob Malkiel. La pregunta que subyace en estas discusiones es si es posible determinar la existencia de unos esquemas fonéticos que se asocien con preferencia a unos contenidos semànticos que nos pongan en la pista de determinados fenomenos que pertenecen al terreno de la semántica diacrónica. Es pues momento de empezar a hablar de las relaciones entre el sonido y el sentido, entre la fonologia y la semántica y la sintaxis.
2. Nueva teoria sobre el signo lingüístico.-
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Hablando del signo como una convención que adopta cada comunidad lingüística ponemos al signo a la misma altura que las convenciones por las cuales cada señal de tráfico tiene un significado. Una convención que se ha adoptado con carácter universal. Realmente hacer esto es desconocer la evolución y las bases naturales desde las que se debe arrancar para la construcción de una lengua, que es un invento humano del mismo orden que pudo ser el fuego o la rueda, y que, por su antigüedad, nos remontamos a miles de años. En esta nueva teoria que mantengo no existe ni convencionalidad ni arbitrariedad, sino una base natural, psicológica en la que el hombre funda sus origenes en el campo de la lengua. Es una teoria que no pretende ser universal, ya que surge de la inducción y del estudio de las lenguas cercanas, principalmente las indoeuropeas pero incluyendo también el vasco. Por tanto no puedo generalizarla a todo el universo lingüístico sino a esta zona del espació lingüistico que comprende Europa y parte de Asia, principalmente. Antes de todo hago unas cuantas precisiones primeras, necesarias para poder entender el desarrollo de la teoria.
3. Motivación por analogia.-
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En primer lugar, necesitamos ver como una cosa ilógica el que un hecho social de tanta importancia surja de un acuerdo o convención en el seno de una comunidad, cuando esta capacidad de ser convencional,muy posiblemente, se desarrollo con la existencia de la lengua. Es fácil ver que muchos fenomenos biológicos nacen de necesidades naturales, instintivas, que luego crean las relaciones sociales, muy intimamente relacionadas con este mundo natural y biológico. Otra cosa es conocer cuales han sido los mecanismos que han llevado a la adquisición del lenguaje y la lengua como sistema de comunicación. Pero esta ignorancia no nos debe llevar a decir que los signos lingüísticos aparecen como actos deliberados, convencionales de alguna comunidad de hombres primitivos. Esta forma de ver el problema de la lengua nos puede recordar a la forma que tiene la Biblia de describir la aparición de la lengua. Según la Biblia Dios fue creando una a una las diferentes especies que pueblan la tierra (se desconoce pues la evolución de las especies). En el caso del hombre este es creado del barro y la mujer de una costilla del primer hombre. Son todas ellas afirmaciones acientíficas. Y a medida que iba creando las especies, por esta cualidad que ahora nos concierne de la arbitrariedad, Dios iba dando los nombres de cada una de ellas. Podriamos preguntarnos en qué lengua lo hacia. Esta forma de crear la lengua es la que, por analogia, utilizan los lingüistas para pensar que el hombre fue, una por una, dando nombres a todas las cosas, de una manera inmotivada, inventada, convencional y con la participación de un grupo, cual si se tratara de un congreso fundacional.
Como podemos ver todo este planteamiento tiene poca o ningua base científica. El hecho que la vida y la historia del hombre estan en continua evolución y que unas cosas aparecen gracias a un estado de cosas anterior, nos debe llevar a una explicación o genesis de la lengua de forma evolutiva, motivada y explicativa. Y ver luego cuales han sido los factores que han fundamentar la lengua y cuales han hecho variar y evolucionar hacia una diversidad de formas.
4. Los elementos más sencillos.-
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En segundo lugar, y enlazando con todo lo expuesto anteriormente, hemos de ver que en los inicios de la lengua, los elementos de origen habian de ser muy sencillos, cercanos a los sonidos vocales que, aun no tenian ningún significado. Luego, basandose en un complicación continua y en una grámatica también muy sencilla, se pudo ir dando forma a esta necesidad básica del hombre, pero no exclusiva de él, que es la comunicación, la necesidad de poner en común con sus compañeros y congéneres unas realidades que eran percibidas por cada hombre, pero que se querian compartir para que fueran de utilidad mútua, de todo el grupo.
Este lenguaje primitivo se tenia que basar en elementos fónicos sencillos y básicos, faciles de pronunciar y de distinguir auditivamente para poder ser diferenciados unos de otros. Estos sonidos tenian, también, que conllevar una carga significativa clara, evidente, para que pudieran ser fácilmente asumidos por todo el conjunto que practicaba la comunicación.
Otra cuestión muy básica es la que se refiere a la sintaxis o gramática, es decir, la forma que se agrupaban estos sonidos para ampliar el acto de comunicación a la transmisión de más de un concepto. Es mi forma de ver que las palabras se han ido formando siguiendo unos principios lógicos y naturales. Por ejemplo, la pronunciación de estos primeros fonemas (sonidos lingüisticos elementales) ha de ser hecha en el orden cronológico en que aparecen los hechos en la consciencia y en la realidad que es percibida. Así, si el hombre veia llover, primero el hombre se da cuenta de la materia, el agua, que en pequeñas gotas cae. Luego ve que esa materia sufre una acción, un cambio: esta lluvia cae, llueve, se deposita sobre la superficie. Por tanto tenemos ya un sujeto, es decir, la lluvia, y posteriorment aparece el fenomeno de la caida, el verbo. El primer sonido, pues, evoca la materia que origina el cambio, i el segundo evoca al cambio en si, el verbo.
Otro orden lógico i natural es el que expresa primero al continente o determinante, y luego lo contenido o determinado, es decir, el primer sonido expresa la gran cosa que origina otra de más pequeña o derivada de ella, y el segundo sonido expresa una parte de ella que se ha derivado de la primera. Por esto lenguas como el inglés no necesitan de la preposición determinante "de" ya que forman sus palabras compuestas y sus complementos del nombre anteponiendo la palabra más general o determinante a la más nuclear, determinada y concreta. En la palabra "weekend", fin de semana, el sentido es el contrario del nuestro, pero ellos no necesitan de la preposición "de", lo que nos muestra a un idioma más sencillo, con menor necesidad de morfemas para formar sus palabras compuestas.
Son pues estos ordenes lógicos que vemos en las cosas los que también son imitados por el hombre para expresar lo que viene primero y lo que va segundo. Tenemos con eso la primera gramàtica con la cual ir articulando las raices, los morfemas y todas las palabras y frases posibles, que seguramente son infinitas.
5. Perdurabilidad de los signos lingüísticos.-
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Estos sonidos lingüísticos iniciales, o lo que ya podemos llamar como fonemas primitivos, aun hoy se pueden distinguir en nuestras palabras, a pesar del mucho tiempo transcurrido, y a pesar de los cambio que inexorablemente va produciendo el tiempo y la evolución fonética de las palabras. ¿Cómo podemos adivinar o intuir cuales fueron estos primeros sonidos? Lo podemos llegar a saber porque el lenguaje, a la vez que variable, tiene una base que lo fija y lo hace, dentro de una campo de variabilidad, inmutable. Es el significado que va tan indisolublemente unido al sonido que si este cambiara mucho cambiaria la misma comprensión de aquel significante, y, por tanto, con el cambio generacional o por la mezcla con otros grupos de otras étnias se perderia la significación de las palabras. Además el hecho que esta facultad del lenguaje se repita y se utilice con profusión hace que se reafirmen los significados de los significantes y los pequeños cambios fonéticos sean lentos y casi imperceptibles. Aun hoy podemos ver detrás de nuestro verbo "haber" la raiz "cab" de la cual se han derivado tantísimas palabras y el único cambio fonético apreciable es el enmudecimiento de la "k", aunque en ciertos idiomas perdura en forma de "h" aspirada.
6. Combinación de los elementos.-
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El hecho de que los sonidos lingüísticos tengan un significado los hace perdurables en el tiempo, a pesar de que los mismos se hayan unido con otros sonidos de forma libre, de la misma manera que hoy el hablante puede usar con libertad la disposición de las palabras en la frase, y puede crear textos de infinita variedad. Es, pues, este hecho una de las características más fructiferas del lenguage: su combinación, formando diferentes niveles de combinación. Con unos pocos fonemas se crean una cantidad numerosa de raices básicas, en algunos casos aun presentes en las lenguas actuales, sean del tronco indoeuropeo o del vasco. Con esas raices básicas se crean tanto los lexemas como los morfemas, que una vez combinados entre si pueden llegar a formar miles de palabras, y estas a su vez, siguiendo las normas de la sintaxi, llegar a crear millones de frases, y las frases, innumerables textos más o menos largos, que forman la literatura de cada idioma o las innumerables cantidades de discursos orales que, a diario, emitimos los hablantes de cada lengua. Es, pues, la lengua un sistema de signos que partiendo de unos pocos elementos más sencillos, los fonemas, se puede llegar a crear infinitas expresiones resultantes de la combinación de estos elementos. Por poner un ejemplo, tomando la base 10, es decir, que fueran 10 unicamente los elementos sencillos, combinados entre si formarian 100 raices básicas, y si estas se vuelven a combinar ente si ya son 10.000 las raices y morfemas de la lengua, y si estas los vuelven a hacer entre si para formar palabras ya son 100 millones de palabras posibles.
7. Presencia de lo primitivo en la lengua actual.-
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Seguramente que muchas personas pueden figurarse como algo imposible llegar a descifrar cuales son o fueron estos primeros sonidos humanos con significación, o lo que hoy llamamos fonemas. Yo creo que no es así ya que, de la misma manera que otros inventos una vez inventados continuan estando presentes en nuestra vida, ya de forma sencilla como el fuego o la rueda, o de forma integrada en aparatos o inventos más complejos, como el motor de combustión o el coche, de la misma manera los fonemas primitivos continuan existiendo y forman parte de raices, morfemas o otras particulas que integran cada una de las lenguas en donde podemos rastrear estos fonemas. Podemos desconocer el funcionamiento interno de un aparato, las bases científicas y técnicas en que se basaron los que lo crearon, pero no por ese desconocimiento, dejamos de saber hacer funcionar aquel aparato tan complejo. Algo parecido ocurre con nuestras palabras: podemos utilizarlas y manejarlas libremente dentro de las normas sintácticas que regulan la lengua, pero no conocemos cuales han sido todas las vicisitudes y mecanismos que han llevado a crear aquella palabra, cual fue su origen, y cual es el significado etimológico de aquella palabra, o el significado de cada elemento que compone aquella palabra, solo sabemos la aplicación sincrónica que hace la lengua en un tiempo concreto en el que nos ha tocado vivir.
8. Método comparativo.-
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El método comparativo, poco usado en lingüística sino es en el ámbito del estudio histórico de las lenguas y de su entronque en famílias, como la indoeuropea, nos permite ir acercandonos a los origenes de las palabras y concretar cuales son las raices primitivas que perviven en nuestros lexemas. El hecho que hoy hablemos del tronco indoeuropeo es porque ha habido un estudio de todos los léxicos de las diferentes lenguas, que se hablan o que se tiene conocimiento que se han hablado, y hemos llegado a encontrar el porcentaje de palabras comunes a diferentes lenguas, aun existiendo entre ellas pequeñas variaciones fonéticas que no por ello desfiguran su parecido y su origen común. Como no encontrar un parecido que las identifica entre el "frere", hermano en francés, y la "fraternidad", o cualidad que de la hermandad, a pesar que en castellano la palabra para designar al "hermano" ya no tenga nada que ver con el "frere" francés. Esto nos hace ver que lo que puede parecer diferencias entre lenguas no deja de ser más que la capacidad de las lenguas para denominar una misma cosa con diferentes vocablos, lo que permite, a la larga, optar por una de ellas en detrimento de otras, y en forma distinta a como lo hace otra lengua. Entre el castellano y el vasco dificilmente encontramos parecidos porque, por ejemplo, la palabra "pan" del castellano se traduce al vasco por "ogi", pan, pero no nos damos cuenta que el castellano aun conserva palabras como "hogaza", muy relacionada con el pan, que la acerca como un derivado del basco "ogi". Lo mismo pasa entre el latin"speco", ver, mirar, con el vasco "begi", ojos, con unos pequeños retoques de forma o morfema.
Es muy fácil que unas lenguas opten por denominar una cosa con un vocablo y otra con otro muy diferente, porque las palabras definen no a una cosa sino a un grupo de ellas que tienen una cualidad o característica en común. Por ejemplo el catalán define la mesa como "taula" que para el castellano es la tabla, que unicamente se refiere al tipo de madera aserrada en forma plana, con la cual se fabrican muebles o construcciones fijas, entre las cuales ocupa un lugar importante la mesa.
9. El vasco: una lengua por descubrir y para comparar.-
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Incluso un idioma, que dicen aislado, como es el vasco tiene multitud de conexiones con otros idiomas del tronco indoeuropeo. Con otros troncos puede existir, pero para ello es necesario estudiarlos a fondo, cosa que no he hecho y, por tanto, me limitaré a las relaciones unicamente entre estas dos familias. El verbo vasco "izan", ser, estar, tiene como raiz del verbo el componente "iz-". Esta raiz tambien esta presente en nuestros verbos "ser", y fundamentalmente en la tercera persona del singular: "is", en inglés, o "es", en castellano, catalán o francés. Las formas del presente plural de este verbo vasco hacen su terminación, ya que el inicio corresponde al pronombre personal, en "-ara" (gara, zara, dira), al igual que el inglés en sus plurales del presente, todos en la forma "are", y muy parecido a las formas del pasado castellano o catalán: era-mos, era-is,... Estas no són más que unas pequeñísimas muestras de la multitud de conexiones ocultas entre los diferentes idiomas que componen el tronco indoeuropeo y la lengua vasca actual. Cuantas más debieron haber hace cuestión de dos mil o tres mil años. Y a pesar de ello se desconoce el parentesco que hay entre este milenario idioma comparado con sus idiomas vecinos.
10. Descomposición y análisis de las palabras.-
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Otra de las equivocaciones en que caen algunos lingüistas es pensar que cada palabra es un todo indivisible. Normalmente se reconocen unas parte y partículas en las palabras: los semantemas o raíces, los morfemas, declinaciones, conjugaciones o otros afijos con significado a veces menos concreto y más sintáctico o de relación con las otras palabras vecinas. Así una sola raíz puede tomar un número muy variado de morfemas afijados que le dan un significado diferente, con una pertenencia también a diferentes tipos o categorias de palabras (nombres, adjetivos, verbos, etc.). Por poner un ejemplo, la terminación típica del plural es: "s", que no es más que un fonema, el silbante, que, según podemos estudiar, esta muy relacionado con el fonema "t", del cual en algunos casos deriva, y que también desempeña esta función de duplicación o pluralización, como en el latín "eta" o en los bascos "te", "tza", "di", etc.
Muchas palabras contienen la raiz "ab" y a su vez esta raiz es un prefijo latino reconocido y presente en gran número de palabras: "ab-solver", "ab-dicar", "av-ance", etc. Pero esta es una raiz presente también en otras raices compuestas que forman el lexema de muchas palabras como: c-av-a, m-ap-a, t-ap-ar, s-ab-er, l-ap-a, etc. Es decir palabras con significados tan diversos como cava, mapa, tapar, saber, lapa, etc. estan compartiendo una raiz desconocida como subraiz en estas palabras. Es conveniente saber que las sordas y sonoras labiales comparten un mismo origen etimológico, aunque ahora nos sea difícil verlo y a mi poderlo explicar con detalle. Solo un ejemplo para ver la variabilidad de este sonido "b/p/v/f": "sabio", en castellano, "savi", en catalán, “sofos”, en griego. En todos los casos el significado de esta raíz elemental es el mismo que la del prefijo; "la separación hacia fuera’ respecto al significado del resto de la palabra, de la que forma parte".
11. Uso y desuso de las palabras.-
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También se da el caso que una palabra desplace a otra ja que queda inorperante y la otra define mejor la nueva realidad. Por ejemplo, el lugar para hacer las necesidades era denominado como "comuna". Después, con la introducción del agua en el lugar que se hacen las deposiciones se utilizó el nombre del agua en inglés, "water", ja que fue de este país de donde vino el invento, y quedó en nuestro léxico este anglicismo tan corriente hoy dia.
12. La aplicación de las palabras a las cosas.-
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Todo esto nos ha de hacer reflexionar en dos fenómenos lingüísticos: palabras que expresan características de una cosa pueden variar, según el punto de vista y las características de una cosa en las que nos fijemos, y, por tanto, una misma cosa puede venir definida por diferentes palabras, y una misma palabra puede ser aplicable a muchas cosas y realidades, ya que las cosas que pueden poseer una determinada característica pueden ser también muchas. Por ejemplo, muchas cosas pueden ser descritas por el adjetivo "rosa", desde una flor a un color, pasando por un mapa con los puntos cardinales, etc. De hecho la palabra "rosa" esta emparentada con el color "rojo" o "rubio", de los cuales derivan multitud de nombres y adjetivos (roble, rubí, rubeola, sonrojar, etc.). Però si comparamos con otras palabras con sonido igual pero con una pequeña variación fonética o gràfica, como: rosario, roce, roza, rocio, arrojar, etc., nos podemos dar cuenta que lo que realmente da color es el roce de la piel, que produce sangre y el típico color rosado, y el número de cosas diversas que se puede nombrar con esta raiz primigénia es mucho mayor, y todas partieron de una base /ros/ que ha ido tomando caminos muy diversos.
Aun no admitiendo que todas las palabras apuntadas anteriormente provengan de un mismo etimonono, o nombre original, si que es fácil ver que el número de cosas denominadas por una palabra o una familia de palabras derivada de una sola palabra, es siempre de bastante cantidad. Por esto nos hace falta otras palabras que complementen la misma palabra, para no caer en equivocos, y que la haga más concreta y precisa. Por ejemplo, la rubia, refiriendose a una mujer, necesita, muchas veces, una precisión: ¿a cual nos referimos? Hemos de puntualizar refiriendonos: la de delante de mi casa, o la que tienes al lado, etc. Es decir, le hace falta determinantes para poder individualizar y concretar a quien nos referimos, aun teniendo un contexto que nos puede ayudar. Este proceso de concreción y determinación de una realidad por una palabra con la ayuda de otra, que lo vemos bastante claro cuando se trata de una palabra, también sucede cuando se trata de una raiz, y llegamos a un punto donde las raíces , ya de por si con muy pocos fonemas, quedan reducidas a los fonemas, simples y sencillos elementos básicos de la lengua. Si no que diremos cuando comparamos raíces como "al", "il" o "ol". Nos damos cuenta que la única diferencia ente ellas es la vocal que da significado diferencial entre ellas, ya que todas comparten la misma consonante que acompañan, la "l". Este es el procedimiento que me ha servido para darme cuenta que cada fonema, ya en si mismo, tiene un significado que se complementa, determina o modifica por otro fonema yuxtapuesto con el que se aglutina.
13. Raíces y fonemas básicos.-
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De la misma manera que me he encontrado con raices del tipo "an", "en", "on", como en: "an-nus", año en latín, "an-tes", "gr-an", "b-an-co",... también me he econtrado raices que, generalmente, comienzan por vocal y llevan una de estas consonantes: "k", "t", "b", "l", "m", "n", "r", "s" y "j", con sus respectivas variantes: "c", "q", "g", "d", "v", "f", "ñ", "rr", "z", "g" y "h". Se obtienen raíces del tipo: "ac", "et", "ab", "ol", "im", "en", "or", "is" o "ij".
De toda esta variedad de raíces, más o menos fácilmente identificables como resultado del anàlisis de las palabras (p-oc-o, t-oc-ar, ch-oc-o,...), o de la misma presencia de afijos que, en si mismos, ya son raíces como las que estoy comentando (oc-cidente, oc-cipital, ox-ígeno, oc-aso, oc-asión,...), podemos ver que las raíces más mínimas y elementales estan formadas únicamente por dos fonemas o sonidos lingüísticos básicos, que forman la base de la composición de estos en las palabras.
Estos sonidos, creo, se pueden resumir unicamente en 4 vocales: a, e, i , o/u, y 9 consonantes: k, t, b, l, m, n, r, s, j. La identificación de estos sonidos, que es un trabajo lento y complicado, lo dejo para otro trabajo a parte de este para no alargar excesivamente lo que solo quiere ser una demostración de la no arbitrariedad del signo, sino de su motivación y causalidad. Solo apuntar con mucha brevedad la base en que se sustenta el significado de estos fonemas.
La representación psicológica de un sonido en el hablante tiene mucho que ver con el tipo de sonido. Por poner el ejemplo más fácil, el de la "a", esta vocal al pronunciar hay que abrir bastante la boca. Es el signo con más abertura hacia fuera y, por tanto, su significación se refiere a la abertura, a la exterioridad, a lo grande y superior, tal y como psicologicamente se le representa al hablante al pronunciar esta vocal. Otro signo muy fácil de concebir es el de la "b". Para su pronunciación, ya de ella misma o de alguna de sus variantes (f, v, u), los labios del hablante se deben separar de forma rápida, casi brusca, produciendo como una pequeña explosión del aire. Es, pues, precisamente este el significado, el de la separación, la división de la unidad en dos mitades que se dividen y separan. Y así sucesivamente se puede extraer el significado de cada fonema, pero esto es fácil realizarlo una vez se ha llegado a esta conclusión, pero para llegar allí es necesario una labor de inducción en muchas palabras, luego en muchas raíces, hasta llegar a aislar el denominador común que corresponde a cada fonema.
14. El sentido etimológico o originario de las palabras.-
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Otra de las cuestiones básicas que es necesario aclarar para entender la relación entre significante y significado es la cuestión sobre la diferente aplicabilidad de las palabras. Hay costumbre en pensar que para cada cosa hay un nombre, y que cada palabra denomina a una cosa. Realmente, como hemos podido ver en el capítulo 12, la mecánica de la lengua no es así. Hay siempre más cosas, más realidades, más hechos nuevos que palabras en cualquier lengua. Pero las palabras tienen una cualidad intrinseca: no dan nombre a las cosas, no actuan como nominativos, sino que expresan cualidades, situaciones, características, cosa más propia de adjetivos o de adverbios. Muchos de los nombres actualmente utilizados no dejan de ser adjetivos nominalizados, que en principio calificavan una de las características más sobresalientes de un grupo de cosas homogéneas. Por poner un ejemplo, la palabra "mesa" actualmente todo el mundo asocia con un mueble, un tipo de mueble ampliamente utilizado para comer, para trabajar, etc. En realidad no es así, ya que este tipo de mueble, a veces fijo, puede ser nombrado con otros nombres como altar, mostrador, tabla de... Por otra parte nos podemos dar cuenta que cosas que poco o nada tienen que ver con este mueble, utilizan este vocablo para dar nombre, por ejemplo, al órgano que dirige una agrupación o asociación, como la "mesa" de los diputados, refiriendose al órgano que rige el funcionamiento de una cámara parlamentaria. También la mesa refiriendose a lo que se pone en un lugar o se envia: re-mesa, derivado del verbo "mitir", enviar, poner en medio, concepto del que derivan palabras como: misa, medio, misión, etc.
Así, pues, de la misma manera que palabras que se utilizan para denominar una cosa pueden ser utilizadas para denominar cosas muy distintas o realidades muy diferentes, pero que comparten ciertas características comunes que las identifican, hay realidades y cosas que, a veces, pueden ser llamadas, identificadas, bajos prismas y características muy diferentes. Por ejemplo el término "casa", todo el mundo lo tiene más o menos en mente, pero también nos podemos referir a ese concepto con palabras como: mansión, chalet, edificio, piso, apartamento, refugio, choza, chabola, cabaña, etc. Otro ejemplo es el de la palabra "volúmen" que siendo un concepto espacial, también puede ser aplicable a la intensidad de un sonido, siendo su volúmen mayor o menor según su intensidad y fuerza, que al ser mayor o menor, alcanza a un espacio mayor o menor, o llega a un espacio geogràfico mayor o menor. Es lo que diriamos un sinónimo de "potència" o de "intensidad". Otro ejemplo más podria ser la palabra "cuadro" que puede ser utilizada para denominar, llamar, citar o evocar (aquí una serie de sinónimos), las pinturas que se suelen enmarcar en un cuadrado o marco que las circunscribe. Sin embargo, las fotografias no suelen llamarse por este vocablo, a pesar que también suelen ir enmarcados en un formato cuadrado. Pero la palabra "cuadro" o "cuadre" también se utiliza para la contabilidad cuando los números van establecidos en forma de tabla, con columnas y filas, que en las sumas de las cantidades de sus coordernadas horizontal y vertical han de dar, en ciertas casillas, el mismo resultado, por lo cual aquellas "cuadran". Todo el mundo podria, solo de pensar un poco, poner gran cantidad de palabras con significados muy dispares entre si.
Todo ello se debe a que la palabra, al fijarse solo en una de las características de las cosas, es muy aplicable a todo tipo de cosas que contengan aquella característica. Normalmente, cuando aparece una nueva realidad para la cual no tenemos nombre, todo el mundo prueba a dar un nombre, basandose en característica más o menos aparentes. Luego de un tiempo de confluir diferentes nombres para aquella nueva realidad, por un principio de evitar equivocos, se selecciona la más o mejor aceptada socialmente, que es la que, finalmente, denomina a aquella realidad. Este proceso que lo podemos actualmente ver y estudiar, es el mismo que ha venido perviviendo desde el origen de la lengua, pero antes se movia en un plano de fonemas, o raíces sencillas, y hoy dia la composición de palabras se hace con palabras, aunque luego haya un recorte en la extrema longitud de la palabra. Por poner un pequeño ejemplo: el cinematógrafo, fue acortandose en cinema y finalmente en cine, pero la palabra original no era más que la composición de dos palabras griegas: "kines", movimiento, y "grafos", dibujo.