Blogia

istika

NEITIN

NEITIN

 

 

  1. Introducción

 

Esta palabra ibera que sale en diversas inscripciones, “neitin”, se la ha relacionado con el nombre de un dios, parecido al dios celta “Neto”, un dios parecido a Marte, de la guerra. A veces va seguida de “iunstir” una de las palabras que suele abrir algunas inscripciones, más o menos largas. Jesús Rodriguez Ramos la trata en sus trabajos pero duda de su valor como nombre propio. Quizás hemos estado todos los investigadores en la lengua ibera influenciados por las primeras interpretaciones que nos llevaban a dar el sentido de nombres propios a gran cantidad de palabras, que por otra parte no entendían en su significado común. Cuando no se sabe cuales son los verbos, los pronombres, los conectores, sean preposiciones, conjunciones u otras palabras, es difícil aventurar un significado para una palabra ibera, sea la que sea. Realmente son pocas que puedan tener un sentido con la comparación del vasco, y aun y así, este idioma es el que parece acercarse más en su estructura, forma y construcción. Si el vasco es aglutinante el ibero parece ser todavía más aglutinante, y esto nos debe llevar a desconfiar de dar valor exactos a lo que consideramos palabras, que a veces pueden ser compuestos de palabras, especialmente cuando es una forma verbal, cosa por la que me inclino en esta palabra. Pero esto queda para le siguiente capitulo.

 

 

  1. Análisis de la palabra “neitin”

 

El ibero tiene un verbo en parte parecido a los verbos de algunas lenguas, como he creído ver en el vasco, también en el inglés, y también como apunto en el final de este trabajo, en el ruso. Muchos verbos se construyen con un verbo base, auxiliar, como es nuestro verbo “ser”, aunque a veces también juega un papel importante el verbo “haber”. “Hacer” parece que en ibero también juega un papel básico, de verbo auxiliar y ayudante de la construcción de los verbos. Pero pasemos a analizar la palabra “neitin”, que según creo tiene dos parten claramente separables: “ne-“ nombre atribuido a la mujer, y “-it-“, raíz del verbo “ser”, con un sonido similar a “itz”, tal y como lo vemos en algunos formas verbales vascas: “n-itz-en”, “z-en”, “na-iz”, etc. Por lo tanto nos encontramos con la raíz del verbo “ser”. Más un fonema sufijado que le da el valor del tiempo pasado: “-in”, sin que luego se añada otro morfema para el pronombre, con lo que obtenemos un tiempo verbal construido sobre palabras que no llegan a ser lo que hoy llamaríamos pronombre personal, sino nombres tan solo. Es el caso de “ne-“, ‘mujer’ según creo, pero también de “or-t-in”, con un “or/ur” que seria una forma verbal derivada del verbo ‘tener’, con una raíz básica “o/u”, que forma los verbos compuestos vascos: “d-u”, él tiene, “d-u-gu”, ‘nosotros tenemos’, “n-u-en”, yo tenia, etc. Otras formas que contendrían esta forma verbal en pasado serian: “a-t-in”, “be-t-in”, etc. Como sabemos del eusquera, muchas veces la tercera persona del singular, cuando tiene la función de sujeto, no se representa. En el caso de “ne-it-in”, con el verbo “ser” en tiempo pasado, “-it-in”, parecido a la forma del verbo vasco en pasado “-zen”, la posición del sujeto, como sujeto pasivo, tal como corresponde al sujeto del verbo “ser”, se encuentra antepuesto, como en “ni-tzen”, yo era, lo único que aquí “ne-“ no puede catalogar-se como la forma del pronombre personal en primera persona, sino el nombre genérico de la mujer: ne. Por lo tanto, la interpretación que hago del compuesto “ne-it-in” seria la de ‘la mujer era”, o como prefiero explicarlo, con un “de” antepuesto, “de la mujer era, ya que en las palabras compuestas, el término o palabra que va en primer lugar casi siempre ocupa un valor determinativo, y quedaría para el segundo termino o palabra compuesta, el valor de núcleo. Aquí el núcleo o sujeto activo elíptico no puede ser el mismo verbo “ser” sino la palabra que viene a continuación, que a veces suele ser “iunstir”. Así “iunstir” actuaría como sujeto activo y “ne-“,  como sujeto pasivo, con un “de” que añado para darle más el valor de posesión, de genitivo. Para “iun-st-ir” el valor también verbal compuesto con nominal que le doy seria: “iun”, ‘señor’, “st”, también con valor del verbo “ser”, en una de sus variantes, y “-ir”, ellos, el pronombre de tercera persona.

 

 

  1. Interpretación

 

Para finalizar resumiendo todo lo dicho hasta ahora, la interpretación que hago sobre la frase “neitin iunstir” seria la siguiente: ‘(de) la mujer era (del) señor son ellos’, es decir, una forma ritual de decir que ‘ellos’ son del señor, entendiendo este como un ‘dios’, y este, a su vez, perteneciente a la ‘mujer’ o si lo preferimos a la ‘diosa’, la gran diosa madre. Esto le da un valor no de teónimo, ya que estamos hablando de nombres comunes: señor y mujer, pero en este contexto seria un apelativo del señor, sea hombre o dios, y de la mujer, como máxima jerarquía en el panteón ibérico, donde son las mujeres las representadas como diosas, o casi diosas. A continuación añado dos capítulos más que refuerzan mi tesis: el primero sobre el valor de “ne” como ‘mujer’, y el segundo sobre las formas verbales del ruso actual, tan parecidas a las formas verbales del ibero.

 

 

  1. Valor semántico de “ne”

 

El valor de “ne” ya nos lo da el mismo vasco: “ne-ska”, muchacha, “ne-borde”, hermanastro respecto a hermana, “ne-ba”, hermano respecto a hermano, por el contrario de “arre-ba”, hermana, respecto a hermano. Otras palabras como “eme” recuerda mucho a este “ne”, que bien podría en un origen “ene” o “ine”. De hecho, en aranés, dialecto occitano que se habla en el Valle de Aran, mujer se dice “henna”, y en ruso “zhena”. Pero veamos la cantidad de nombre vascos femeninos que se forman con el sufijo “-ne” o “-ñe”, con el valor precisamente de ‘mujer’ o ‘fémina’:

Apolo-ne, Neka-ne, Alai-ñe, Albi-ñe, Alaz-ne, Arrosa-ne, Aintza-ne, Argi-ñe, Ilargi-ñe, Jaio-ne, Saturmi-ñe, Illazki-ne, Arse-ne, Jaso-ne, Iker-ne, Igo-ne, Agusti-ñe, etc. Un sufijo con valor femenino de muy abundante utilización.

Pero veamos también otro idioma, el griego, donde también los femeninos se forman con “-ne” aunque sin tanta abundancia como en el vasco:

Ate-ne-a, Daph-ne, Dion-ne, Tyro-ne, Yale-na, Ariad-ne, Eire-ne, Sele-ne, Sandri-ne, Theo-ne, Apolli-ne, Cyre-ne, Delphi-ne, Euphrosy-ne, Evangeli-ne, Katheri-ne, Persepho-ne, etc.

Esto sin buscar en posibles derivaciones hacia “na”, con el que forman los patronímicos femeninos los rusos: Petr-ov-na, Ivan-ov-na, etc., o en “-ina” como en Karen-ina, Ir-ina, etc., cosa que se da también en los nombres más de nuestras tierras: Josef-ina, Jean-ine, etc.

 

 

  1. El verbo ser en ruso

 

El nombre del infinitivo del verbo ser en ruso es “bitz”, muy próximo al inglés “to be”. Pero lo más importante es ver como la terminación verbal “itz” i “atz”, que seria el nombre del verbo “ser” en gerundio, es decir, en tiempo presente y con la acción realizándose, se transmite a otras para crear verbos sobre esas palabras, en principio nombres. El hecho que muchos verbos conserven la “b-“ inicial nos hace pensar en las formas verbales iberas del tipo: “bit-ir”, o “bait-es”, o “bat-ir”, etc. Esto nos recuerda que el verbo “ser” lleva casi incorporado a su raíz más primigenia, el pronombre pasivo “be”, tal como también lo presenta el vasco, un pronombre eminentemente pasivo y que acompaña a la raíz “-it”, con la que conjuntamente tiene el significado de ‘ello es’, o ‘de ello es’.

Verbos rusos formados con este sufijo de base “atz” o “itz” los tenemos a montones, por no decir que casi todos los verbos se construyen con estas dos terminaciones:

Lo-bitz, ‘pescar’, nabod-itz, ‘enfocar’, biod-itz, ‘entrar’, bedj-atz, ‘susurrar’, jod-itz, ‘caminar’, molch-atz, callar, boenik-atz, surgir, probo-batz, ‘ensayar’, da-batz, ‘entregar’, protesto-batz, ‘protestar’, prole-batz, ‘prolonga’, pokri-batz, ‘tapar’, sogre-batz, ‘calentar’, udbai-batz, ‘doblar’, ospari-batz, ‘disputar’, eabido-batz, ‘envidiar’, pribestbo-batz, ‘saludar’, cekanchi-batz, ‘terminar’, etc.

Pero el verbo ser en ruso también se utiliza para formar adjetivos, algo frecuente también en nuestros adjetivos, ya que muchos son participios verbales (comida/comido, salida/salido, bajada/bajado, sonado, corrido, etc.). En ruso el parecido casi parece llegar a la identidad con el morfema ibero “-te” que se ha asociado a persona agente, aunque como creo demostrar es más parecido a un adjetivo activo, del tipo: agen-te, salien-te, estudian-te, etc. Estos son gerundios activos que parten del latín pero que encajan perfectamente con la forma verbal “tze” que encontramos también en el vasco en su forma aspectual parecida al gerundio pasado: egi-ten, ‘estar haciendo’ o aska-tzen, ‘estar pidiendo’. Este morfema pronunciado como “tz” en ruso adquiere ya un valor palatal que podemos escribir como “¨ch”. Veamos unos ejemplos:

Uprabliaiu-chi, ‘geren-te’, pobedib-chi, ‘triunfan-te’, lesni-chi, ‘guardabosque’, unizaiu-chi, ‘humillan-te’, zili-che, ‘domicilio’, obuchaiu-chi, ‘docen-te’, lu-chi, ‘mejor’, men-che, ‘menor’, bol-che, ‘gran’, pristani-che, ‘hospedaje’. Se puede observar que aquellos adjetivos que son referidos a personas acaban en “-i”, en cambio los referidos a todo tipo de cosas, acaban en “-e”.

El ruso parece tener muchas relaciones con otros idiomas indoeuropeos pero también con idiomas no indoeuropeos, como acabamos de ver i a veces la relación se esconde en verbos o palabras que no han sufrido evolución fonético por su mucho uso, como es el caso de “oro-chatz”, regar, i “oro-chaemini”, regadio, dos palabras donde vemos la raíz o palabra “or-o” hermana con la vasca “ur” para denominar la corriente y el agua.

 

 

 

 

EL VERBO SER EN IBERO

EL VERBO “SER” EN IBERO

 

 

  1. 1.     Introducción.-

 

Hay diferentes palabras que parecen ocupar el lugar del verbo “ser” en el ibero, aunque, por supuesto, no hay ni mucho menos unanimidad en todos los estudiosos del tema. Palabras acabadas en “-te”, con un sonido que debería ser parecido a “tz”, creo que pudiera ser una forma verbal del verbo “ser”, con sus diferentes formas verbales. Algunos autores han visto en este morfema sufijado como una marca de autoria, pero yo lo asocio a un verbo “ser” en su forma más sencilla y desnuda. Equivaldría al gerundio del verbo vasco, normalmente acabado en “ten” o “tzen”, dependiendo del verbo. Este gerundio arranca de un primitivo “-te” como sufijo que substantiviza un infinitivo: “ema-te”, ‘el dar’. Así, pues, ya sea un infinitivo substantivizado o un gerundio recuerda muchísimo a la partícula final del ibero “-te”.

 

 

  1. 2.     Formas verbales del verbo “ser” en ibero.-

 

Pero con muchas más posibilidades de encontrarnos con el verbo “ser”, en su constelación de diferentes formas verbales, tenemos el núcleo “-ite”, con un conjunto de morfemas antepuestos y pospuestos, que la mayoría responderían a pronombres personales, tal como pasa en todas las formas personales del verbo. Con base en “-ite-“, tenemos: “b-ite-“, “b-ite-r”, “iter-“, con base en “-iti-“,  tenemos “ba-iti-r”, “b-iti-r”, etc. Otras formas que también parecen contener la raíz del verbo “ser” son: “t-ik-er”, “t-ek-er”, “ba-ise”.

 

Realmente tanto “-ite-“, como su sonoro aunque no gráficamente “-itze-“, seria el equivalente a la raíz del verbo “ser”, que en vasco es: “iz-an”, y en latín “es-ere”, y en muchos idiomas vemos como las formas verbales de este verbo tan importante oscilan entre la “t”: “vous êtes”, ‘sois’, y la “s”: “he is”, ‘él es’, del inglés. Las formas verbales más sólidas suelen presentarse como “bit-“ o “bet-“, con una “b-“ inicial que enseguida nos recordará al infinitivo inglés: “to be”, pero no solo a este idioma, sino también al alemán “wesen”, que sin ser el verbo “ser”, que es “sein”, es el nombre del ‘ser’, la nominalización del ‘ser’ como individuo, como existencia, incluso como ‘naturaleza’. Recordemos que también el vasco tiene el verbo y el nombre “bizi”, ‘vivir’ tan parecido al “ser” que estamos comentando, pero este con la “b-“ inicial que ahora nos ocupa. Otras formas alemanas del pronombre personal se acercan a esta palabra: “wessen”, ‘de quien’ o ‘de que’, donde además de “-en” como caso inesivo, tenemos “wes” como ‘alguien o algo’. Muchas son las lenguas que conservan, pues, esta “b-“ o “be” en la formación del verbo “ser” o al margen de él, como veremos a continuación. Para acabar, una mención al imperativo del verbo “ser” en vasco: “be-di”, ‘sea él’ y “bi-tez”, ‘sean ellos’.

 

 

  1. 3.     El verbo “ser” en ruso.-

 

Pero quizás la lengua que más exactamente se acerca a esta raíz ibera “bit” o “bet”, con su ya supuesto valor fricativo “tz”, es la lengua rusa, que tiene a “bitz” como infinitivo del verbo “ser”. Ya no solo es este hecho, sino también que en ruso forma los plurales acabados en “-i” y algunos femeninos en “-in-“, lo que nos acerca a esta lengua como el fondo más primitivo en el cual se sumergen tanto el ibero como el ruso.

 

El verbo “ser” en ruso cambia la vocal de la raíz en función del tiempo, por ejemplo en futuro la raíz cambia a “bud”: “budu”, ‘jo seré’, budesin”, ‘tu serás’. Este aspecto también se da latín, donde la misma palabra “fut-uro”, no deja de ser una forma verbal del futuro, y que básicamente quiere decir: ‘el que ha de ser’, y donde la “u”, equivalente al verbo vasco “u-kan”, tiene este valor semántico del verbo ‘haber’. El cambio de “b” a “f” es del todo lógico y lo encontramos también en nuestros tiempos verbales: “yo fuera”, “yo fui”.

 

El verbo ruso tiene una característica que lo diferencia de otros idiomas, que es el tener el aspecto, es decir, el verbo puede presentar un aspecto perfectivo, cuando ya esta acabado (es lo que pasa con los tiempos perfectos que suelen ser compuestos con el “haber”) y un aspecto imperfectivo, cuando la acción del verbo se está realizando. En cada caso la raíz del verbo “bitz” cambia: la “i” para el aspecto perfectivo, y la “a” de “batz” para el aspecto imperfectivo. Esto nos daría una pista para interpretar las dos formas del verbo ibero: “ba-itir”, “ba-tir” y “bitir”, como posiblemente las dos formas aspectuales del ruso: imperfectivo y perfectivo.

 

El verbo siempre es una pieza fundamental de la frase, pero el verbo “ser” es una de las piezas fundamentales de los verbos, podríamos decir como el padre de los verbos. Este lugar se nota al ocupar un espacio básico en la construcción de la voz pasiva, del participio y también en la formación de otros verbos, tal como ocurre en el idioma ruso. Así encontramos verbos acabados en “-atz”, como verbos especialmente imperfectivos, y otros acabados en “-itz”, como verbos perfectivos.

 

 

  1. 4.     La presencia de “be-“ en inglés y alemán.-

 

Redundando en el valor como tercera persona, y de carácter pasivo, con que aparece este prefijo “be-“, con sus variantes en “ba-“ y “bi-“, creo que se encuentra también muy presente en la formación de verbos y nombres en dos de las lenguas anglosajonas más importantes: el inglés y el alemán. En ambos vemos como este prefijo “be-“ le da al verbo o nombre que acompaña un valor parecido a: ‘ello’, ‘sobre ello’, ‘de ello’,… Por ejemplo, en alemán, tenemos: “be-fallen”, ‘asaltar’ formado con “be-“ más “fallen”, ‘caer’, o “be-gehen”, ‘celebrar’, formado sobre “gehen”, ir, caminar’, o “ge-sagt”, ‘citado’, sobre “sagen”, ‘decir’. También el inglés tiene gran cantidad de estas palabras construidas con el prefijo “be-“ del verbo “to be”, como son “be-fore”, ‘antes’, de “be”, ‘de ello’ y “fore”, ‘proa’ o ‘delante’, por lo cual, describe lo anterior, como ‘aquello’ de lo cual se avanza. O “be-st”, ‘mejor’, de “be” más el morfema “-st”, ‘más’, por lo tanto, lo más de ello.

 

Trabajo realizado por Víctor Montañés i Borràs

LA PRESENCIA DEL MORFEMA “TER” EN RELACIÓN AL MORFEMA IBÉRICO “ITER

 

 

  1. 1.   EL MOFERMA “TER” EN NUESTROS IDIOMAS EUROPEOS

 

En nuestro idioma catalán uno de los morfemas más básicos, entendiendo básico aquellos que están casi formando parte de la raíz, y que forma parte del léxico más primitivo de la lengua, es decir, el nombre de la “ma-re (ma-dre)” , el “pa-re (pa-dre)”, etc., procedentes de palabras latinas como “ma-ter” y “pa-ter”, es “-ter”.

Es normal que la evolución haya hecho perder la “-t-“ intermedia, cosa que no ha pasado en el castellano, y que la “-e-“ haya cedido al último lugar- En castellano también existe “fra-ter”, como nombre culto del latín ‘hermano’, con derivaciones a “fra” o “fray”- En este último caso se ve evidente el carácter complementario, morfemático, de “-ter” como en palabras donde solo aparece la raíz: “mama” o “papa”.

En el inglés también encontramos este morfema “-ter” en más casos familiares: “bro-ther”, ‘hermano’, “sis-ter”, ‘hermana’ o “daug-ther”, ‘hija’. En inglés vemos como la “t” ha evolucionado a “th” lo que también nos hace ver la variabilidad de este sonido, que va de la “t” a la “!d”, hasta la “s” pasando por “tz” y “z”. También los abuelos en inglés y francés se construyen en base a los nombres de los padres, añadiendo el prefijo “gran-“. Esto nos lleva más lejos que el simple origen latino, ya que ni el inglés o el alemán tienen en estos nombres un origen latino. En alemán ‘madre’ es “mu-tter” y ‘padre’ “va-ter”, ‘hija’ “toch-ter”, ‘hermana’ “schwes-ter” y ‘hermano’ “bru-der”. Todo esto nos hace ver como este morfema “-ter” es mucho más amplio que las lenguas latinas, llegando a una buena parte de las lenguas indoeuropeas.

 

Este morfema parece tener mucha relación, no solo con relaciones familiares básicas, sino también con las personas que acompañan a uno, aquellas a las que llamamos ‘otros’. En catalán ‘otro’ es “altre”, de un anterior latino “al-ter”, derivando a “au-tre” como en francés y luego a “o-tro”. En inglés lo tenemos escrito como “ou-ther” y en alemán “ein-an-der-er” En inglés como también en castellano y catalán aparecen formas derivadas, como “ei-ther”, ‘uno de dos¡ y “to-ge-ther”, ‘juntos’ o ‘uno con otro’. En castellano tenemos los pronombres de plural: “nos-otros” y “vos-otros”, que en catalán son: “nos-altres” y “vos-altres”. Encontramos otros derivados en base a “alter” como “alternar”, “alterar”, “alteridad”, etc. Es evidente que “al-“ es la raíz a la que complementa “-ter”, y que el significado de esta raíz es la de aquel o aquello que está al lado, “al-“, aunque también tiene significados derivados como en inglés “all”, ‘todo’

 

Veamos también al morfema “-ter” en relaciones de espacio y tiempo, tan básicas y necesarias para una lengua. Tanto en catalán como en castellano “en-tre” de un latino “in-ter”, es decir, aquello se encuentra “en”, ‘dentro’, “exter”, que ha dado derivados en “extra” y “exterior”, “externo”, con un significado de “ex” como ‘fuera’. También “ul-ter”, en el sentido del que esta al final, al extremo, con derivados “ulterior”, “ultra”, … “Sub-ter” con el significado de “sub-“ ‘lo que está debajo. También “an-ter-“ de “an-“ lo que esta primero, al principio o encima, con sus correspondientes derivados: “anterior”, “anter-“, … “Pos-ter” con una raíz “pos” lo que esta después, a continuación, al final,… con derivados en “postre-“, “posterior”, “posteridad”,… Y otras palabras menos conocidas como “re-tro”, de un supuesto “re-ter”, de “re-“ con un sentido de ‘empezar’ o ‘volver al inicio’ o ‘retroceder’. En inglés tenemos “un-der”, ‘debajo’. “Con-tra”, de un supuesto antecedente “con-ter”, o “cen-tro” de “cen-ter”, “den-tro”, que no es más que una variante de “in-ter”, etc.

 

En algunas palabras antagónicas, con carácter substantivo, también encontramos este morfema: “maes-tro” del latino “magis-ter”, donde “magis” quiere decir ‘más’, que se opone a “minis-ter”, de “minis”, ‘menos’ con sus derivados en “ministro”, “ministerio” o “menester”, incluso “menesteroso”. Hay también muchas otras palabras que parecen contener este morfema sufijado, aunque a veces no sea fácil poder separar de la raíz que acompaña. Por ejemplo las terminaciones de familiares que lo son no por consanguinidad sino por casamiento también lo encontramos: “padras-tro”, “madras-tra”, “hijas-tro”, con sus correspondientes femeninos.

 

Más palabras que contienen “-ter” muchas veces transformado en “tro” las tenemos en “regis-tro”, “catas-tro”, “ras-tro”, “desas-tre”, “as-tro”, “ros-tro”, etc. Muchas de estas palabras recuperan su originalidad fonética en el idioma inglés: “regis-ter”, “as-ter”, etc. En inglés las posiciones del sol o puntos cardinales también tienen este morfema: “eas-ter”, ‘este’ y “wes-ter”, ‘oeste’, y la estación climatológica del invierno: “win-ter”. También otras palabras inglesas parecen contener este morfema, palabras que incluso nos dan pistas sobre el valor semántico de este morfema: “whe-ther”, ‘si’ condicional, el verbo “star-ter”, ‘arrancar’, ‘empezar’ o “char-ter”, ‘alquilar’. En estas palabras a veces nos queda la duda de si el morfema que tiene es “-ter” o realmente “-er”, formando la “-t-“ parte de la raíz.

 

Otras palabras, algunas derivadas del griego, parecen conservar intacto el morfema “-ter” original por ser palabras cultas, derivadas directamente del griego o latín: “carác-ter”, “cua-ter-nario”, “monas-ter-io”, etc. Algunas están relacionadas con lugares concretos: “cas-ter-“ que ha dado “cas-tro”, “tea-tro”, etc. “Nos-ter”, del que deriva “nuestro”, o “vos-ter”, ‘vuestro’, posesivos, lo que también nos da una clave para conocer el significado de “-ter”. Parece que “-ter” en griego significaba ‘lugar’, ‘edificio’.

 

Recapitulando todo esta gran cantidad de palabras que he ido enumerando, uno creerá que como muchos morfemas no tiene un significado concreto, que es un simple categorizador que le da un valor nominal a una palabra, de la misma manera que en latín este morfema sirve para formar adverbios: de “furia”, ‘furia’ se forma “furalis”, ‘furioso’  o ‘de la furia’ y “furali-ter”, ‘furiosamente’ o ‘como una furia’. Así que en este caso “-ter” seria el morfema del adverbio de modo. Pero no avancemos el significado que lo iremos viendo hacia el final de este trabajo, cuando lo comparo con el modo verbal “-iter”, una de las formas verbales del ibero. Para acabar también querría citar el articulo singular masculino del alemán: “der”, ‘el’, que aunque aquí tenga el valor de toda una palabra entera, si que también lo relaciono con el morfema “-ter”, casi siempre sufijado.

 

 

 

 

 

 

 

 

2. EL MORFEMA “TER” EN EL IBERO Y EN EL VASCO.-

 

 

Estudiando la lengua ibera, una lengua muerta que solo podemos conocer a través de sus escritos en las inscripciones que con no demasiada abundancia se van obteniendo de los yacimientos excavados, si podemos ver algunas de sus características más importantes, sin llegar no obstante a conocerla en profundidad. Después de muchos años que la lengua ibera se puede leer, con ciertos vacíos y dudas, esta interpretación fonética no  nos permiten aún poder acceder a una interpretación de sus significados, al menos en la parte más estructural y principal de una lengua como es su sistema verbal. Este sistema verbal habitualmente está compuesto con la conjugación de las raíces verbales más los morfemas de los pronombres personales que actúan en cada forma verbal.

 

Dentro de los verbos más importantes y básicos tenemos los llamados verbos auxiliares con los que también se puede componer formas verbales compuestas, perifrásticas. Estos son el verbo “ser”, “haber” y “hacer”, verbos que aun no están identificados dentro de la frase ibérica, o no identificados de forma aceptada generalmente.

 

Siempre con un carácter hipotético se ha especulados que ciertas construcciones repetidas en diversas frases, y muchas veces aglutinadas a diversos morfemas, podrían constituir el verbo “ser” ibérico. Me refiero concretamente a la forma “-iter-“, a veces junto a prefijos como podría ser “b-“ o “bi-“ (b-iter o ba-ite-). También el prefijo “ban-“ aparece muy a menudo, siendo “ban” una palabra que la encontramos muy presente con un valor semántico generalmente aceptado como ‘uno’, ‘una banda’, ‘una parte’, ... Así, pues, “iter” parece ser el núcleo fundamental de un verbo complejo que lleva aglutinados tanto prefijos como sufijos, que le puede dar al verbo la complejidad que habitualmente se encuentra en ellos: morfemas modales, de tiempo, o de persona. Las posibilidades de construcción con otros morfemas, seguramente también verbales, son muchas, lo cual confirma que nos encontramos ante la complejidad propia de cualquier sistema verbal:

B-iter-

B-ite

B-ite-ian

B-ite-kian

b-iter-okan

B-ite-tean

B-itir

B-ite-ybar

Ba-b-iter-a

Ba-ise

Ba-ite

Tiba-ite

Ban-ite

Ban-itir

Ba-ite-s

Ba-iti

B-iti-ba

Ba-tir

-iter

-ek-ite

K-ite

-ite

-t-ite

Ant-ite

-itir-

-iti-

 

Analizando este núcleo verbal más básico sobre el que pivotan otros fonemas, podemos separar en “it-er” dos partes claras: “it”, que seria la raíz del verbo “ser”, que después podemos encontrar en el vasco “iz-“ o en los verbos castellano o catalán: “es” o en el inglés “is”. Esto nos lleva a entender el verdadero valor fonético del fonema “t”, como más parecido a “th” inglés o al “tz” del catalán o del vasco. De hecho, en el idioma inglés este fonema a veces puede ser pronunciado como silbante, otras como oclusivas  y otras incluso como palatal. Junto a “it” tenemos “-er”, aunque parece a veces tener otros morfemas, pero es “-er” el que parece estar más repetido en el ibero, y también “-ir” al que también vemos aglutinado: “-itir” o “-tir”. Tanto “-er” como “-ir” parecen en su forma mucho a pronombres de tercera persona, próximos a nosotros, como “el”, o el “der”, articulo determinado masculino en alemán, y muy posiblemente “he”, ‘él’ en inglés. Por otra parte en vasco encontramos el morfema “-re” como morfema del posesivo (“gu-re”, ‘nuestro’, “zu-re”, ‘vuestro’, “be-re” ‘suyo’,...), y que en un cambio en las posiciones de los dos fonemas, podría provenir de un antiguo “-er”, lo que entronca con gran cantidad de palabras que acabadas en “-er” , tanto en castellano como en catalán, tienen este sentido posesivo, es decir, el morfema le da un sentido no substancial y nuclear a la palabra que acompaña, sino derivada, de cosa poseída o que se relaciona con.... Podríamos darle un valor semántico a “-er” de ‘propiedad de...’ Esto nos lleva a dar un significado para “r” como pronombre de tercera persona, y uno de propiedad o de pertenencia a “-e-“. Juntos los dos fonemas tendrían el sentido de ‘él de...’, un tanto diferente al pronombre “el” que absorbe al 100 % la autoria de la acción, y en cambio este “de...” nos indica un carácter añadido, adjetivo. También podríamos darle el valor semántico del adjetivo “suyo”.

 

En conjunto, “iter”, podríamos traducirlo como ‘él de ser’ o ‘suyo es’. En el caso del sufijo “-ir” que encontramos sobretodo en “t-ir” parece que responde a un pronombre plural: ‘ellos o ellas’, ya que la vocal “i”, como en el idioma amazigh, es el morfema del plural, y también en otros idiomas, como en el italiano, la “i” aporta este valor de lo individual dentro de la pluralidad repetida, el de ser un ejemplar, un miembro o una parte de un conjunto de elementos repetidos.

 

Suponiendo, pues, el valor verbal a “-iter”, ‘él o ella es de...’, vemos que en ciertos casos la “-i” inicial de “iter” se pierde y encontramos morfemas verbales donde únicamente aparece “-ter-“ (ban-ter-an, ba-tir,...). Entonces hemos de pensar que tanto “iter” como “ter” son morfemas construidos dentro de la estructura verbal del verbo “ser” en ibero, idioma que según parece es de mucha mayor antigüedad que otros idiomas indoeuropeos, como el latín, en los cuales ha dejado un vestigio, “-ter”, como morfema para construir adjetivos en base a esta forma verbal más la palabra que actúa como núcleo que califica a aquel individuo, a aquel que se caracteriza por ‘ser de...’ Así, en primer lugar, prefijado, tendríamos la palabra o raíz que serviría para dar la esencia del adjetivo, y en segundo lugar, sufijado, el morfema verbal “-ter”, ‘él es de...’, del cual ya se habría perdido su significado primitivo como forma verbal, pero no su significación funcional para poder formar nuevos adjetivos.

 

Estos adjetivos, con el tiempo, fueron perdiendo su carácter adjetivo para quedar como verdaderos nombres substantivos, ya que actualmente y muy posiblemente hace más de 2.000 años, el sufijo “ter” ya no seria conocido en su verdadera etimología, ni porque razón se encontraba presente en la palabra. Así tenemos muchas palabras, como hemos visto en el primer capítulo, formadas gracias a este morfema, pero desconociendo totalmente su significado real, absorbiendo el valor semántico substancial de la cosa, sin saber a que responden sus dos componentes. Bueno, es una teoría que nos remonta a una época muy antigua, donde la formación de palabras del léxico latino o germánico estaban en plena actividad, y en qué muy probablemente había una relación entre lenguas indoeuropeas y las preindoeuropeas, entre las que debemos contar al ibero y el vasco, sirviendo estas últimas de substrato a las primeras.

 

Alguien podrá preguntar por qué el eusquera no presenta esta forma verbal: “iter”. De hecho si que la presenta, ya que el verbo ‘ser’ “iz-an” tiene en su lexema, en su núcleo verbal, la raíz “iz”, que se conjuga con muchas formas verbales, dando diversas variaciones en el lexema, y añadiendo también muchos afijos, especialmente los referentes a los pronombres personales, entre los cuales, es verdad, no figura “-er”, pero si otros que nos muestran la manera como habían de estar aglutinados a la raiz verbal. Solo a forma de ejemplo propongo una lista de tiempos verbales, con su significado en castellano, de las diferentes formas verbales con el verbo ‘ser’, “izan”:

Na-iz: yo soy

Nin-tze-n: yo era

Na-za-zuen: vosotros me seáis

Di-eza-io-zun: tu/vos lo seas

Nin-tza-zun: tu/vos me fueras

Gen-iza-zun: nosotros te fuéramos

Na-ite-ke: yo soy de poder

Na-za-ke-zu: yo soy de poderte/os

Di-eza-io-ke-gu: nosotros se lo somos de poder

Nin-te-keen: yo era de poder

Nin-tza-ke-zun: tu/vos me eras de poder

Ni-eza-zu-keen: yo te/os era de poder

Nin-te-ke: yo seria de poder

Nin-tza-ke-zu: tu/vos me serias de poder

Ni-eza-zu-ke: tu/vos me lo serias de poder

Ba-nin-tz: si yo fuera

Ba-nin-za-io: si  yo le fuera

Nin-tza-te-ke: yo podría ser

Nin-tza-io-ke: yo le podría ser

Nin-tza-te-keen: yo habría podido ser

Nin-tza-io-keen: yo le habría podido ser

Ha-di: seas

Be-di: sea

Za-ite-z: seas tu/vos

Za-ite-zte: seáis vosotros

Como se puede ver la variación del lexema verbal depende un poco de cada tiempo verbal y oscila entre “-di” o “-ite-“ para el imperativo a “-iz” o “-tze-“ para el indicativo, pasando por “-eza” o “-iza” para el subjuntivo o “-za-“ para el condicional y “-tza-“ para el potencial.

 

Hay algunas palabras vascas que si tienen presente este morfema en la composición de ellas. Me refiero concretamente a dos: “bi-der”, verbo vasco que significa ‘repetir’, ‘multiplicar’, o leído de una forma más literal: ‘el de ser dos veces’, es decir, ‘repetir’, donde la segunda parte de la palabra, “-der”, vendría del morfema que estamos estudiando, con el significado ya conocido de ‘él de ser...’ más “bi-“ ‘dos veces’. Otra palabra vasca con un significado etimológico hasta ahora desconocido es “bide”, ‘camino’, que como la anterior se puede descomponer en “bi-“, ‘dos’ y “de(r)”, ‘el de ser de ...’, definiendo al camino como una unión entre dos puntos, el de inicio y el final.

 

Por otra parte, y referido a los pronombres vascos donde aparece la “-r-“ si tenemos unos cuantos: en primer lugar el pronombre de sujeto activo “har-k”, com la “-k” final propia del caso ergativo que es el que toca emplear cuando el sujeto tiene complemento directo. Y el pronombre “hura”, ‘él’ o ‘aquel’ en el sujeto pasivo, sin ningún sufijo por ser sujeto pasivo. Hemos de pensar que de “har”, ‘aquel’ se formó el pronombre determinado “-a”, ‘el/la’, con enmudecimiento lógico de la “-r” final. Y también de “har” derivan “hara”, ‘hacia allá’ o “han”, ‘allá’ y “ha-i-ek”, ‘ellos’, donde podríamos suponer un anterior “ha(r)-i-ek”, con el “-ek” como morfema de ergativo plural, i con una “-i-“ de plural que también en el ibero parece haber existido.

 

Víctor Montañés i Borràs

victormontanyes@hotmail.com

Tel.973-220135

Lleida.-

 

PRINCIPIS TEÒRICS DE LA LLENGUA

PRINCIPIS TEÒRICS DE LA LLENGUA

Quan un vol escriure sobre temes profunds de la lingüística ben aviat es veu en la necessitat de referir-se a la teoria del signe de Ferdinand de Sausure; aquest lingüista va teoritzar sobre la paraula, definint-la com un signe amb dos cares: una fonètica, el so d’aquella paraula, i una cara semàntica, el significat conceptual d’aquests sons que formen la paraula. Fins aquí no tinc res a objectar, però quan afirma que la relació que hi ha entre aquestes dues cares de la mateixa moneda és una unió, fruit d’un conveni, d’una convenció, d’una decisió social i comunitària deliberada, que aplica un concepte a cada grup fònic, tal com és la paraula, aquí surten els meus dubtes.

Aquí podem començar a fer preguntes que Sausure no respon ni aclareix: com podien posar-se d’acord una comunitat si no sabien parlar?, en què es van basar per donar-li a cada concepte aquell grup de sons constitutius de la paraula i no uns altres?, quins mecanismes van seguir les diferents societats o comunitats prelingüistes, en aquell moment zero de la creació de la llengua com a instrument?, quines van estar les primeres paraules?, com es formaven aquestes? I un llarg etcètera de dubtes i preguntes que queden no resoltes, sinó simplement obviades per la simple afirmació de la creació convencional de la llengua, del signe lingüístic, de la paraula. Potser Sausure pensava que els homes primitius podien reunir-se per donar noms a les coses, tal com fan els científics avui dia per donar nom a conceptes científics i a coses que cal anomenar-les d’acord als principis científics. Els científics han donat nom a moltes coses, elements, conceptes, espècies, varietats, molts cops basant-se en les llengües clàssiques, la grega i la llatina. Però no arrencaven de zero, de l’absència d’idioma, de llengua, que els hi servís d’instrument per comunicar-se i per tenir uns elements amb els quals construir les seves pròpies paraules.

És evident que Sausure es va sortir elegantment per la tangent i va donar carta de naturalesa a la capacitat creadora  de l’home des del no res, als parlants del primer moment, adoptant, conscient o inconscientment, decisions que afecten als trets més bàsics de la llengua. És molt probable que un cop adquirides les paraules més bàsiques i rudimentàries poguessin decantar-se, més o menys,  per determinats usos de la llengua, tal i com fa aquesta, un cop ja formada,  de manera constant, però això no implica la formació, des de l’origen, de la llengua, i dels seus principis formatius així com de les pautes d’evolució.

És per això, per ocupar aquest buit explicatiu, que vull proposar aquesta teoria del naixement de la llengua, com fenomen natural, amb càrrega psicològica, que parteix dels gestos fònics com els signes més bàsics i primigenis, previs i indispensables a l’aparició de la llengua, i que havien de ser l’origen de la formació de les paraules, i de la llengua o llengües. Prenc com a marc d’estudi les llengües que més conec i que podem circumscriure a la vella Europa, amb petites digressions cap al nord d’Àfrica o de l’Orient pròxim. Podem dir que aquesta teoria està ubicada en l’occident europeu i nord-africà. 

En moltes d’aquestes llengües, d’aquest àmbit geogràfic: basc, iber, grec, celta, llatí, amazigh, anglès, germànic, llengües romances, etc., podem trobar en cada fonema un significat concret, un sentit, un concepte, comú i coincident en totes elles, la qual cosa  també es contradiu amb la teoria de Sausure, ja que aquest no dona cap valor semàntic als fonemes, sinó als lexemes i als morfemes. Per tant, malgrat no sigui generalment acceptat,  so i concepte van units des del primer moment. I això ens vol indicar que els fonemes tenen un significat concret, aplicable a diferents realitats, externes i internes, i que representen els àtoms elementals  que formen part de les molècules que són les arrels i els morfemes, cosa que es veu clarament en els morfemes i arrels quan aquestes només estan identificats amb un sol fonema. Les realitats de la vida estan íntimament unides als sons, no directament sinó a través d’un gest efectuat amb la boca, que no només implica al so sinó principalment a la manera de pronunciar aquell so.

Per no estendre excessivament aquest punt, només em basaré en les vocals “a” i “i”. La primera, la més oberta que pot fer la boca, i que, per tant, implica conceptes com: ’amplitud’, ‘obertura’, ‘grandesa’, ‘exterior’, ‘extensió’, etc. Per contra, la vocal “i”, la seva contrària conceptualment i fonètica, implica el contrari: ‘petitesa’, ‘interior’, ‘inferior’, ‘debilitat’, ‘inexistència’,  tal com correspon psicològicament a la forma de pronunciar aquella vocal. Per tant, cada fonema té el so que implica la forma de pronunciar-lo, que en el fons és un gest, una representació psicològica d’un concepte abstracte interpretat per la boca, que imita aquella realitat. Els conceptes universals als quals, moltes vegades, se’ls hi han negat la seva existència, com a constitutius de les bases elementals del pensament, si han existit i existeixen actualment incorporats als  conceptes de les paraules actuals: obertura, tancament, explosió cap endavant, extracció, matèria, sortida, separació, límit, dipòsit, corrent, extensió, costat, cara, faceta, propietat, … Tot un seguit de conceptes que són un tant abstractes però no per això menys reals i pràctics, que es relacionen amb necessitats i realitats de la vida, i amb les maneres de representar-les pels gestos de la boca, amb tot el seu ventall de possibilitats: dents, llavis, gola, llengua, …, que poden modular diferents formes i alhora, de forma secundària, sons ben diferenciats uns dels altres. Com he dit abans al parlar de les vocals “a” i “i”, no són conceptes molt concrets materialment sinó oberts i amplis, que abasten una munió o família de conceptes associats, la qual cosa permet descriure moltes realitats amb molt pocs sons. Segons he pogut comprovar els sons bàsics no devien ser més de 12: 4 vocàlics, 4 consonants continues, i 4 consonants oclusives. L’associació entre el concepte amb el so corresponent era immediata, no de forma convencional,  sinó natural, per extensió de la mateixa pronúncia, que al mateix temps, per la seva simplicitat, era fàcilment entesa i compresa per l’oient, tampoc per convenció, sinó per la lògica del gest, la semiòtica del gest profundament associada al seu so,  que podia ser captat per la intel·ligència dels oients. Això havia de generar un procés de generalització dels fonemes bàsics que van formar els àtoms de la primera llengua: simple, elemental, quasi associada als crits d’un o dos fonemes.

Un segon concepte bàsic en la llengua és la seva flexió, la construcció, unió  o composició de diversos sons, de forma que ja no tenim una llengua d’unísons, sinó una llengua composta, de corrents de sons, que es toquen, que es relacionen i es componen entre ells. Quan dos fonemes es pronuncien seguits ja estem davant de la primera paraula composta, de la flexió de la paraula, de la seva articulació,  formant síl·labes del tipus: er, er, or, … as, es, is,… il, ol, … an, en, … ok, ..., et,…, ib,… etc., etc. Això dona ja una riquesa i capacitat per anomenar més coses, que augmenta geomètricament a cada pas on es combinen les primeres síl·labes, ja arrels o morfemes, segons l’ús i la llibertat per formar diferents paraules a mesura que augmenten el nombre de sons dins d’una paraula. Com més sons es combinen i compliquen, més es diferencia la parla  entre grups, ja que no tots desenvolupen d’igual manera les primeres síl·labes, primàries (dos fonemes) o secundàries (tres fonemes). Aquí intervé, no obstant, el factor lineal del temps, no essent el mateix la posició que ocupa un so respecte a l’altre. El primer fonema pronunciat dins de la cadena de fonemes sempre té un valor generalitzador, complementari del segon que va a continuació, que té un valor substantiu, nuclear. Com si la llengua es tractés d’una pel·lícula, tindríem que el primer fonema és el pla general, i que el segon és un pla més curt, més concret, que s’insereix en el més gran, anterior. És un principi bàsic que forma ja els rudiments de la primera gramàtica, de la capacitat de l’home per desenvolupar i crear paraules, frases, oracions. És un principi basat en la juxtaposició dels sons, la seva complementarietat, la seva unió dins del temps, essent els silencis o buits el trencament d’aquest significat conjunt o paraula.

Aquestes arrels primàries, de dos fonemes, van combinant-se entre si per formar les arrels secundàries, que en principi havien de tenir una estructura del tipus: vocal+consonant, més vocal+consonant, que a la llarga, per una contracció i facilitat en la pronúncia, havia de quedar en simplement consonant+vocal+consonant, cosa que es veuria reforçat per aquesta tendència instal·lada en les llengües del tronc indoeuropeu, més predisposades a iniciar les paraules amb consonant que amb vocal, per la qual cosa es perdia la vocal inicial. Són aquestes arrels les més freqüents en la formació de les arrels de les paraules, no així en els morfemes. No obstant podem comprovar l’existència de paraules i arrels d’un, dos o tres fonemes junts, bàsics en la formació de tota mena de classe de paraules: verbs, noms, adjectius, pronoms,…

Tornant a Sausure un podrà preguntar per què  una cosa té diferents noms en diferents llengües, raonament bàsic de Sausure per decidir sobre la convencionalitat de la llengua. La resposta es deu a la llibertat en la formació de les paraules, en la combinació dels diferents elements fònics, el que porta a poder definir coses amb conceptes un tant diferents, basats en propietats de les coses, que per a uns grups poden ser més rellevants unes determinades característiques, i per altres grups o societats unes altres característiques, també presents en les coses. Per exemple, la “taula”, defineix el que els castellans diuen “mesa” no perquè estigui al mig, tal com sembla que significa la paraula “mesa”, sinó per quelcom que surt de l’exterior d’una cosa cap al terra: “at-“, separant-se aquesta cosa del sòl: “-ab-“, i empenyent-la cap a fora: “ol-a”. És una construcció més complicada conceptualment de la realitat de la “taula”,  però que lliga amb paraules com “bola” o prefixes com “ab-“ o “ad-“. De “tabola” tenim variants fonètiques en el celta “dol-men”, o “tolo”, per la contracció d’”au” en “o”. Per tant la formació de paraules és diversa i lliure, la qual cosa fa que, com més lluny sigui una comunitat d’una altra, la possibilitat de divergir sigui més gran, sense l’atenuació que dona les possibles correccions voluntàries o eleccions per semblar-se o diferenciar-se respecte a d’altres grups i llengües.  Fins i tot una mateixa paraula pot existir en dos idiomes, però en una tenir un matís, una accepció o un ús diferent que se li dona en l’altra, o simplement, que caigui en desús. “Casa” és utilitzada en castellà i català, però no en francès que utilitza “maison”, però en català tenim “mas” i “masia” que entronca amb la mateixa arrel del francès, i el francès té la paraula “chez”, ‘casa de’ que es relaciona amb el basc “etxe”, ‘casa’ més el morfema “-ez”, ‘de’. També les paraules castellanes “choza” i “chalet” es relacionen amb aquesta arrel basca. Per tant les relacions entre llengües és molt complicada i diversa, sotmesa a entellats difícils d’esbrinar perquè són fruit d’una evolució llarga de molts anys, de contactes i separacions, que provoca una varietat de la llengua o dialecte, i que a la llarga es fa inintel·ligible entre les variants més allunyades, formant-se les llengües.

Per tant, és evident un únic origen entre llengües, aparentment desconnectades, ja que totes formen diferents branques d’un mateix tronc que agrupa a totes les llengües, que a mesura que van creixent i diversificant-se, van diferenciant-se i separant-se unes de les altres. Les espècies biològiques passen pareguts esdevenirs i evolucions, i la diversitat de la vida ens fa veure les possibilitats de combinació dels elements bàsics, que a cada esgraó de complexitat va incrementant geomètricament les seves possibilitats de variació i combinació. No obstant hem de veure en totes les llengües allò comú a totes elles, els elements primaris, originals i bàsics, fonamentalment els fonemes,  els quals es van combinant per servir al procés de comunicació  que permeten aquests signes fonètics.

Victor Montañes Borràs

INSCRIPCIONS IBÈRIQUES: PROPOSTES DE TRADUCCIÓ

INSCRIPCIONS IBÈRIQUES: PROPOSTES DE TRADUCCIÓ

 

1. Ajos= Aitz’s

 

Voldria proposar fer la lectura o interpretació de la que està ressenyada com F.20.1. AI, corresponent a una inscripció sobre plom trobada en el jaciment anomenat "Pico de los Ajos".

El treball fet per   Luís Silgo Gauche  també intenta interpretar aquestes inscripcions, per cert, una mica llargues, i on la paraula "iltun" es interpretada com 'ciutat'. Per a mi "iltun-" vol significar: 'qui ha mort'.
No obstant, com a pròleg de la meva intervenció volia fer una explicació del nom: "ajos". És evident que en una serra i en el seu cim no és el nomal que hagin "ajos". Pensant he cregut veure l'explicació: a València parlen català, i en català "ajos" és "alls". Aquesta paraula seria la que sonava en la zona fins, ben segur, avui mateix. Però els traductor la van passar al català. També resulta que en una zona rocosa com és aquella serra i cim, el més natural és que hagin roques, pedres, i aquest material en basc actual és: "haitz", que sonaria com "alls", és a dir, 'ajos'. Per tant tenim una prova que la paraula "haitz" estava dins del vocabulari normal del'iber valencià. És lògic pensar que aquell "pic" era de les "pedres" o "roques" i qque aquest material en basc és "aitz", del qual deriven les nostres paraules: aixa, aixada, i les castellanes "azada" y "hacha", amb totes les seves possibles variants fonètiques.

 

 

2. Irun = ilun

 

Respecte a irun o ilun, crec que "irun" o irunea" són noms de l'àmbit basc, però que en l'àmbit més ibèric (costa est) crec que "ildun" o "illun" té més a veure amb "hil"
'morir', més el morfema "-dun", que de vegades és només "-un". "U" és l'arrel del verb auxiliar "ukan" 'haver', que dona formes com "du", 'ell té o ha' o "dut", 'jo tinc o he', etc. La "d-" inicial es refereix a l'objecte tingut, a l'objecte directe. En últim lloc va el morfema del pronom amb funció de subjecte.
Però hi ha la forma "-du-n" on la "-n" té la funció d'un pronom relatiu, el nostre famós "que" relatiu unit al seu antecedent, que en aquest cas seria "-ir", que li dona el valor de l'article determinant "los/les". Així "ild-un-ir" és llegiria com "els (-ir) que (-n-) han (-u-) ill- (mort). Els que han mort, una frase de relatiu com les que utilitzem nosaltres tan abundantment i també el basc, especialment amb aquest morfema "-dun", 'que ha...'.

 

 

Tinc entès que els ibers incineraven els morts, la qual cosa fa que trobem molt poques "necròpolis". El fet de parlar sobre la mort i els morts no pressuposa que aquest document hagi d'estar en una necròpolis.

 

 

3. Ildun
 
Sobre el terme "ildun", si fos igual a 'ciutat' hauríem de dir que Labeis- que precedeix a "ildun-ir" hauria de ser el nom de la ciutat: Labeis. De la mateixa manera, unes línies més a baix, en "bais-e-ltun-u", també "baiser", un nom força repetit, hauria de ser el nom d'una ciutat, i en "anbos-iltun-u", també. Tindríem en una breu text tres ciutats: Labeis-, Baise- i "Anbos-".
Cal recordar que el nom de ciutat en basc és "iri" d'un anterior "ili", i no "ilun", que vol dir 'trist'. En canvi trobem gran quantitat de derivats en base a "il", escrit amb "h-" (HIL), que dona nom fins i tot al nom dels mesos, acabats en "-il", ja que la llum de la lluna és considerada la 'llum morta', "il-argi-a". Per tant, és un nom molt present que, en aquest document, penso està present.
 
"Labe-is" crec que és un nom comú, compost per "labe", 'forn', lloc on ben segur cremaven els morts, paraula que ve a continuació.
 
Per "bais-er" crec que ho podríem relacionar amb "baix" en el sentit de persona petita, jove, baixet, que comença la seva vida, paraula que estaria en contrasta amb "an-bos-" relacionat amb la població d'Amposta, o la paraula "empostada". Post vol dir final, no només en llatí sinó també en el basc. Per tant seria una referència a la persona gran que mor, establint un dilema: o mors jove, o mors gran, d'aquí que la "-u" final pugui ser aquesta conjunció disjuntiva (o) que no ve del llatí i si podria ser habitual en l'iber.
 
Bé són moltes les raons que semblen inclinar aquest escrit cap a una reflexió en torn a la mort. Sobre el numero 5 i la paraula meitat (erdin) encara no he arribat però no només poden tenir valors comercials, sinó habituals dins de la parla: 5 dits, o la meitat de la fortuna.

 

4. Sabel i bekor

 

Canviat de jaciment, cap a la Catalunya Nord, potser encara més al nord, el jaciment de Pech-Maho té inscripcions força antigues i interessants.
 
La paraula d'inici de la inscripció que ens envies, Antoni, comença amb la paraula "Selkitar", crec que "-tar", com molts sabeu, és una terminació basca de procedència (bilbo-tarr-a), procedent o originari de Bilbao). Selki sembla ser una paraula relacionada amb el mon humà, directament relacionada amb l'habitatge, que sense ser la casa, podria ser un lloc tancat, o habitació (vegeu el paregut amb "cel·la" o "sel") i amb compostos amb noms comuns com "sosin" o "nius", que crec poden traduir-se com 'noia' o 'noi'. Pot ser, doncs, "selki" un lloc on habita la família, la casa més íntima, potser el dormitori.
 
Sobre "sabel", que no "isabel" en parlo a la pròxima carta. Pensa, Antoni, que abans d'Isabel, va "doi", i així la "i-" inicial d'isabel correspondria a la paraula anterior: "do-i", similar a les nostres "doll", "dojo", "toll", etc.

Respecte a "be-kor", la part que indica animal femení és la primera part: "be-", que suposo correspon a la paraula basca "behe", 'baix', ja que seria la forma de diferenciar el mascle de la femella per la seva situació en la còpula. Ho trobem també en "be-hi" , 'vaca', molt probablement procedent d'un "be-idi", literalment: 'bou d'abaix'. Però també ho vegem en la "fe-" de "fe-mella" o de l’anglès "fe-male", 'femení' o 'femella' a diferència de "male", 'masculí' o 'mascle'.
 
Respecte al cavall, Antoni, dius que hi ha llocs on surten les paraula "or-osi" o "or-oti", on la primera part seria l'arrel bàsica de 'cavall' (Kor) però amb la "k-" aspirada i no escrita. Tindríem, doncs, al costat de "bekor", 'euga', un possible "(k)or" més un sufix que encara no m'atreveixo a identificar: "-osi".
 
El que és evident és que la paraula anglesa "horse" s'assembla moltíssim amb "kor" i amb "orosi", fins i tot sembla derivar-se d'aquest mot iber. També el mot "corcel", que el diccionari etimològic de la Real Acadèmia de la Llengua Espanyola atribueix a la llengua fràncica antiga: "corsel", especificant una mena de cavall, també sembla calcada a la fòrmula ibèrica.
 
Crec que seria interessant trobar dibuixos de cavalls i veure si aquestes paraules surten habitualment al seu costat, ja que ens indicaria que anem pel bon camí, i caldria atribuir a "kor" i "korosi" el mot habitual de cavall, molt diferent del basc actual que és "zaldi".

 

 

5. Iber
 

Sobre el mot "iber" no es pot dir que és grec. Tenim moltes raons per pensar que és original de la península, ja sigui basc o iber.
 
Tenim molts mots bascos amb "ib-" com: "ibai", 'riu', "ibar", 'vall", "ibi", 'gual', ... Altres de l'alt Aragó, com "ibon", 'llac' especialment dels Pirineus. Després tenim mots ibèrics com "bars-cuns", el nom dels mateixos bascos, que entronquen perfectament amb els pobles "ibar", a la Noguera i a l'Urgell, on hi ha el famós llac d'Ivars. Els "ber-ons" estaven a la vora del riu Ebre (Iber) on actualment està la regió de La Rioja. Pensem que la "i-" fàcilment cau, i tant "bars-cuns" com "ber-ons" havien de ser originalment "ibarcuns" i "iberons".
 
El seu significat, relacionant-ho també amb arrels de suposat origen llatí, com "pro-hib-ir", "in-hib-ir", "hiv-ern", o "hipo",'sanglot' com també "hipo-geo", 'dins la terra', vol ser el d'allò que es forma a l'interior, tal com és un llac, un riu, i fins i tot el mar, que crec podria ser en iber "(i)bar-aso", del que deriven paraula com "embarassar" o "barca", "barcena", i noms de lloc com "Barasona", "Barcino" o el mateix "Oiarso" provinent d'un antic "Warso".
 
Per tant, una arrel que ha deixat tants derivats especialment aquí, a més d'un riu i els noms de pobles al costat del riu: Fontiber, ... crec que "ib-er" seria quelcom paregut a dir 'que pertany a la part baixa', 'el d'abaix', o bé, tenint en compte que "-er" pot ser interpretat com 'barran': "erreka", 'torrent' en basc, i que molts rius acaben en aquest morfema "-er", podria ser també llegit com 'torrent inferior', (el de més avall), ja que és el que recull totes les aigües dels torrents i afluents superiors.

 

 

6. Estela de Sinarcas
 

El títol que sembla un numeral, la primera paraula "uske" podria ser:
Faig abandó, deixo....(número)
 
La primera frase seria quelcom així com:
Des del naixement fins a la mort, aixequem (eban-en-aixequem, construïm) la nostra(wi) cel·la (seltar-tumba)
El reingrés (berr-bein-ar) a la nostra (wi) vinguda (ieuki-ar)
Mala (kas) nit (kaue) escollida (koloi) és (te)
La nostra cel·la (selt-ar-wi-tumba-la-nostra)  fins als límits (basi) la nostra protecció (balkar-w) molts de nosaltres (bar-wi)
 
La seguretat és relativa, però moltes paraules les catalogo de noms (acabats en -ar) o verbs copulatius (te, se,..) o verbs, (acabats en -an, o -en). Ja em direu que penseu al respecte.

 

7. Inscripcions làpida de Cagliari (Càller)

 

Cagliari es troba en una gran cala al sud de l'illa, que també té un nom que ens recorda als nostres "Cerdanya", "Cerdanyola", "Ceret", ... I el que més ens ha de sorprendre és el fet de trobar esteles i epígrafs ibèrics en una illa que, en principi, no va ser de cultura "ibera", al menys així ho mantenen els estudiosos.

 


 
El text de l'estela és molt breu:
SERDUN (nom dels "sardans" o "serdans", amb la terminació típica del basc: '-dun", 'qui té', per tant vegem un morfema basc per donar nom a un gentilici: els habitants de Sardenya. "Ser" també té un parent basc: "zer", que traduïm com 'que', però que vol significar 'el límit que tanca' i d'on deriven paraules com "serra", "cerrar", "cerdo", etc., per altra banda molt similars a "sellar", "cel·la", etc.
SOR-SE que escric separat perquè no crec que tingui a veure amb el número 8 ("zortzi" en basc) i que en alguns altres contextos bé podria ser un número. Aquí crec que es tracta d'un nom "sor", que en basc significa 'neixer' ("sort-erri", 'poble natal'), i que m'atreveixo a traduir com 'nascut'. "Se" com en alguns contextos "te" seria l'arrel del verb "iz-an", 'ser'. Podríem traduir-lo com 'és', simplement.
AR, que atribueixo a una mena d'article o demostratiu, que podem traduir com 'el/la/lo' o "aquest/aquesta'. El curiós d'aquesta paraula és que va després del verb "se", el que ens trastoca la funció habitual de l'article: acompanyar al nom. Aquí acompanyaria a un verb: "Se", ´'es', i per tant ho hauríem de traduir com 'ell (pronom) és'.
SELTAR, segurament pronunciat com "sella..", 'tomba' o simplement 'cel·la'. És la paraula típica dels enterraments, de les esteles i altres objectes funeraris. I  adossat a aquesta última paraula una sola lletra que s’associa amb la indefinida "w", que altres associen amb "n". El seu significat sembla que podria ser "nosaltres", "nostre".
En resum: La nostra tomba, del que és nascut "serdun".
Res més, espero que aquesta traducció, molt més fàcil que les anteriors, pugui semblar-vos, si més no, "ben trovato’.

EL MORFEMA EG/EK

 

El morfema EG/EK 

INDEX

 

1.PRINCIPIS TEÒRICS DE LA LLENGUA

2. EL FONEMA “G/K” I LES SEVES VARIANTS

3. LA PRESÈNCIA DEL FONEMA “G/K” EN EL MORFEMA “EG/EK”

4. PRESÈNCIA D’AQUESTS MORFEMA EN DIVERSES LLENGÜES

 

 

  1. I.       PRINCIPIS TEÒRICS DE LA LLENGUA.-

 

 Quan un vol escriure sobre temes profunds de la lingüística ben aviat es veu en la necessitat de referir-se a la teoria del signe de Ferdinand de Sausure, aquest lingüista va teoritzar sobre la paraula definint-la com un signe amb dos vessants: una fonètica, el so d’aquella paraula, i una vessant semàntica, el significat conceptual d’aquests sons que formen la paraula. Fins aquí no tinc res a objectar, però quan afirma que la relació que hi ha entre aquestes dues vessants és una unió fruit d’un conveni, un fet convencional, una decisió social i comunitari deliberada que dona un concepte a cada grup fònic que és la paraula.

 

Aquí podem començar a fer preguntes que Sausure no respon ni aclareix. Com podien posar-se d¡acord una comunitat si no sabien parlar? En què es van basar per donar-li a cada concepte aquella paraula i no una altra? Quins mecanismes van seguir les diferents societats o comunitats prelingüistes en aquell moment zero de la creació de la llengua com a instrument? Quines van estar les primeres paraules? Com es formaven aquestes? I un llarg etcètera de dubtes i preguntes que queden no resoltes, sinó simplement obviades per la simple afirmació de la creació convencional de la llengua, del signe lingüístic, de la paraula. Potser Sausure pensava que els homes primitius podien reunir-se com els científics fan avui dia per donar nom a conceptes científics i a coses que cal nomenar-les d’acord als principis científics. Els científics han donat nom a moltes coses, elements, conceptes, espècies, varietats, molts cops basant-se en les llengües clàssiques, la grega i la llatina. Però no arrencaven de cap idioma, ni com a instrument per comunicar-se ni per tenir uns elements amb els que construir les seves pròpies paraules.

 

És evident que Sausure es va sortir elegantment per la tangent i va donar carta de naturalesa a la capacitat creadora des del no res a l’home, als parlants del primer moment, adoptant, conscient o inconscientment, decisions que afecten als trets més bàsics de la llengua. És molt probable que un cop adquirides les paraules més bàsiques i rudimentàries poguessin més o menys decantar-se per determinats usos de la llengua tal i com es fa de forma constant, però això no implica la formació des de l’origen de la llengua, dels seus principis tan formatius com d’evolució.

 

És per això, per ocupar aquest buit explicatiu, que vull proposar aquesta teoria del naixement de la llengua, com fenomen natural, amb càrrega psicològica, que parteix dels gestos com signes més bàsics i primigenis que la llengua, i que havien de ser l’origen per la formació de les paraules, i de la llengua o llengües, prenent com a marc d’estudi les llengües que més conec que podem circumscriure a la vella Europa, amb petites digressions cap al nord d’Àfrica o de l’orient pròxim. Podem dir que aquesta teoria està ubicada en l’occident europeu i nord-africà. 

 

En moltes d’aquestes llengües d’aquest àmbit geogràfic, basc, iber, grec, celta, llatí, amazigh, anglès, germànic, llengües romances, etc., podem trobar en cada fonema un significat concret, un sentit, un concepte, cosa que també es contradiu amb la teoria de Sausure, ja que aquest no dona cap valor semàntic als fonemes, sinó als lexemes i morfemes. Per tant, so i concepte van units des del primer moment, I això ens vol indicar que els fonemes tenen un significat concret, aplicable a diferents realitats de  les que forma part, com són les arrels i els morfemes, però també en els morfemes i arrels quan aquestes només estan identificades amb un sol fonema. Les realitats de la vida estan íntimament unides als sons, i els sons arrenquen d’un gest efectuat amb la boca, que no només implica al so sinó a la manera de pronunciar aquell so.

 

Per no estendre excessivament aquest punt, només en basaré en les vocals “a” i “i”. La primera la més oberta que pot fer la boca, i que per tant implica conceptes com: ’amplitud’, ‘obertura’, ‘grandesa’, ‘exterior’, ‘extensió’, etc. Per contra, la “i”, la seva contrària conceptualment i fonètica, implica el contrari: ‘petitesa’, ‘interior’, ‘inferior’, ‘debilitat’, ‘inexistència0 tal com correspon psicològicament a la forma de pronunciar aquella vocal. Per tant, cada fonema té el sonido que implica una forma de pronunciar, que en el fons és un gest, una representació psicològica d’un concepte abstracte interpretat per la boca, que imita aquella realitat. Els conceptes universals que, moltes vegades s`han negat, com a constitutius de les bases elementals del pensament, si han existit: obertura, tancament, explosió cap endavant, extracció, mataria, sortida, separació, límit, dipòsit, corrent, extensió, costat, cara, faceta, propietat, … Tot un seguit de conceptes un tant abstractes però molt reals i pràctics, que es relacionen amb necessitats i realitats de la vida, i amb maneres de representar-los per gestos de la boca, amb tot els seu ventall de possibilitats: dents, llavis, gola, llengua, … que poden modular diferents formes i alhora, de forma secundària, sons ben diferenciats uns dels altres. Com he dit abans al parlar de les vocals “a” i “i” no són conceptes molt concrets sinó oberts, amplis que abasten una munió o família de conceptes associats, el que permet descriure moltes realitats amb molt pocs sons. Segons he pogut comprovar els sons bàsics no devien ser més de 12: 4 vocàlics, 4 consonants continues, i 4 consonants oclusives. L’associació entre concepte amb el so corresponent era immediata,no de forma convencional,  sinó natural, per extensió de la mateixa pronúncia que al mateix temps, per la seva simplicitat era fàcilment entesa i compresa per l’oient, tampoc per convenció, sinó per lògica del gest, que poda ser captat per la intel·ligència dels oients. Això havia de generar un procés de generalització dels fonemes bàsics que van forma la primera llengua, simple, elemental, quasi associada als crits.

 

Un segon concepte bàsic en la llengua és la seva flexió, la construcció o composició de diversos sons, de forma que ja no tenim una llengua d’unísons, sinó una llengua composta, d’oració en la parla, com un seguit de sons que es relacionen i es componen entre ells. Quan dos fonemes es pronuncien seguits ja estem davant de la primera paraula composta, de la flexió de la paraula, formant síl·labes del tipus: Er, er, or, … as, es, is,… il, ol, … an, en, … ok, ..., et,…, ib,… etc., etc. Això dona ja una riquesa i capacitat per nomenar coses que augmenta geomètricament a cada pas on es combinen les primeres síl·labes, ja arrels o morfemes, segons el ús i llibertat per formar diferents paraules, que com més es complica més es diferencia entre grups, ja que no tots desenvolupen d’igual manera les primeres síl·labes, primàries (dos fonemes) o secundàries (tres fonemes). Aquí intervé, no obstant, el factor lineal del temps, no essent el mateix la posició que ocupa un so respecte a l’altre. El primer fonema sempre té un valor generalitzador, complementari del segon que va a continuació, que té un valor substantiu, nuclear. Si d’una pel·lícula es tractés la llengua, tindríem que el primer fonema és el pla general, i que el segon un pla més curt, més concret, que s’inserta en el més gran, anterior. És un principi bàsic que forma ja els rudiments de la primera gramàtica, de la capacitat de l’home per desenvolupar i crear paraules, frases, oracions. És un principi bassat en la iuxtaposició dels sons, la seva complementarietat, la seva unió dins del temps, essent els silencis o buïts el trecament d’aquest significat conjunt.

 

Aquestes arrels primàries, de dos fonemes, van combinant-se entre si per formar les arrels secund+aries, que en principi havien de tenir una estructura del tipus: vocal+consonant, i vocal+consonant, que a la llarga, per una contracció i facilitat en la pronúncia havia de quedar en simplement consonant+vocal+consonant, cosa que es veuria reforçat per aquesta tendència instal·lada en les llengües del tronc indoeuropeu, més predispostes a iniciar les paraules amb consonant, per la qual cosa es perdia la vocal inicial. Són aquestes arrels les més freqüents en la formació de les paraules substantives, no així en els morfemes. No obstant podem comprovar l’existència de paraules i arrels d’un, dos o tres fonemes junts, bàsics en la formació de tota mena de classe de paraules: verbs, noms, adjectius, pronoms,…

 

Tornant a Sausure un podrá preguntar el per què que una cosa tingui diferents noms en diferents llengües, raonament bàsic de Sausure per dir sobre la convencionalitat de la llengua. La resposta es deu a la llibertat en la formació de paraules, en la combinació dels diferents elements fònics, el que porta a poder definir coses amb conceptes un tant diferents, basats en propietats de les coses, que per a uns poden ser més rellevants, i per altres en altres característiques de les coses. Per exemple, la “taula”, defineix al que els castellans diuen “mesa” no perquè estigui al mig, tal com sembla que significa la paraula “mesa”, sinó per quelcom que surt cap a l’exterior “at-“ separant-se del sòl “-ab-“ i empenyent en fora “ol-a”. És una construcción més complicada però que lliga amb paraules com “bola” o “ab-“ o “ad-“. De “tabola” tenim variants fonètiques en el celta “dol-men”, o “tolo”, per la contracció d’”au” en “o”. Per tant la formació de paraules és divers i lliure el que fa que com més lluny sigui una comunitat d’una altra la possibilitat de divergir sigui més gran, sense l’atenuament que dona les possibles correccions voluntàries o eleccions per semblar-se o diferenciar-se respecte a d’altres grups i llengües.  Fins i tot una mateixa paraula pot existir en dos idiomes, però en una tenir un matís o un ús diferent que se li dona en l’altra, o simplement, que caigui en desús. “casa” és utilitzada en castellà i català, però no en francés que utilitza “maison”, però en català tenim “mas” i “massia” que entronca amb la mateixa arrel del francés, i el francés té “chez”, ‘casa de’ que es relaciona amb el basc “etxe”, ‘casa’ més el morfema “-ez”, ‘de’. També les paraules castellanes “choza” i “chalet” se relacionen amb aquesta arrel vasca. Per tant les relacions entre llengües és molt complicada i sotmesa a intríngulis difícils d’esbrinar perque són fruit d’una evolució al llarg de molts anys, de contactes i separacions, que provoca una varietat de la llengua o dialecte, que a la llarga fa inintelegible amb un altre, formant-se les llengües.

 

Per tant, és evident un únic origen entre llengües aparentment desconectades, ja que totes formen diferents branques d’un mateix tronc que agrupa a totes les llengües, que a mesura que van creixent i complexitzant-se van diferenciant-se i separant-se unes de les altres. Les espècies biològiques passen pareguts esdevenirs i evolucions, i la diversitat de la vida ens fa veure les possibilitats de combinació dels elements bàsics, que a cada esgrao de complexitat va incrementant geomètricament les seves possibilitats i varietats. No obstant hem de veure en totes les llengües allò comú a totes elles, els elements primaris, originals i bàsics, dels quals es van combinant per servir al procès de comunicación d’aquests signes fonétics.

 

 

  1. II.    EL FONEMA “G/K” I LES SEVES VARIANTS

El fonema /k/ i el seu paral·lel /g/, un de caràcter sord i el segon sonor, es basen en un so velar, oclusiu, realitzat en l’interior de la boca, en la zona de la gola coneguda com vel del paladar, el qual es móvil i pot tancar i obrir el paladar i el pas de l’aire per ell. Això es produeix de forma voluntària, i com tots els altres sons consonants oclussius, es realitza en el moment que es tanca i obre el pas de l’aire. En aquest cas, el vel del paladar produeix un so semblant a l’aspiració de l’”h” però de forma discontinua, oclusiva, abrupta. Aquest fonema si va precedit per un moviment intern de vibració de les cordes vocals, donarà un so sonor, i tindrem el fonema /g/; si aquesta vibració de les cordes no es produeix tenim el fonema /k/, però ambdós es formen bàsicament d’igual manera.

 

Aquest so és bastant universal,  però al llarg de l’espai del temps ha anat donant variants diferents que cal esbrinar per saber si pertanyen a aquest so o són procedents d’altres fonemes, com poden ser el /tS/, o la /j/ o la /h/ o la /s/. Ja ho anirem vegent i analitzant sobre casos concrets. En un primer moment inicial de la llengua sembla clar que “g/k” no tenia una ambivalencia sonor-sord, ja que el fet de dierenciar aquestes dos variants no tenia cap valor semàntic. Així, doncs, representava al mateix fonema, independentment es fes amb car``acter sord o sonor.

 

El valor semàntic de la “g/k” com dels altres fonemes primitius, es basava en la representació mental, psicológica, que el mateix gest de pronunciar-lo suggeria al parlant. El so i aquella forma de pronunciar-lo imitava aquelles coses que es pretenien nomenar, aquells procesos o característiques que es volien comunicar. Les coses que són extretes, que estan situades dins en un sentit ample de la paraula )dins del mar, dins de la matèria, dins…) són forçades a sortir, tal com passa amb el so “g/k”, que estant situat ben a l’interior del cos, pateix una pressió sobre el vel del paladar que obtura el pas, fins que aquest cedeix i s’obre bruscament, i en un cop de voluntat del parlant, es obert i originat el so produït per l’aire que surt.

 

Així, l’home primitiu imitava amb aquest so tota una mena de successos o accions que pateixen les coses, especialment quan aquestes es produeixen per l’acció o obra de l’home, per la transformació que exerceix en el seu entorn. En “g/k” no estem parlant d’accions involuntàries o de sortir de forma natural, sinó d’extreure, de treure fora, i també com forma primera de definir les accions productives de l’home, de fer, de treballar, de transformar les coses per mitjà de l’acció humana. Per tant ens trobem amb un so que defineix en primer lloc al que fa, al que surt, al qui extreu, i, de vegades, allò que és extret,  a tot allò que té a veure amb el nostre polisèmic verb “fer. Proposo, doncs, que aquest fonema sigui definit, de forma fàcil i senzilla, per aquests dos verbs i els seus significats: “fer” i “extreure.

 

També el sentit d’actuar, de posar en marxa, de sortir de…, ja que aquest fonema no actual sol sinó unit principalment a les vocals, als sons que forçosament acompanyen les consonants i depenen d’aquestes vocals adopta una forma o una altra: ak, ek, ik, ok, ag,… ka, ke,ki…, quan la vocal va en segon lloc. Per tant, un cop localitzat el valor etimològic i primari del seu valor semàntic, crec que és bo deixar per una segona anàlisi la seva conjunció amb tot l’estol de vocals, tenint en compte sempre que la situació, primera o segona, de l’aparició del so no és mai irrellevant. Ben al contrari, determina el primer so al segon, el que ve a continuació, essent el segon i també normalment l’últim, el qui té el valor nuclear, de contingut substancial, encara que modificat pel primer fonema, al qui va indissolublement unit, i que actua com modificador o determinant.

 

 

III.  LA PRESÈNCIA DEL FONEMA “G/K” EN EL MORFEMA “EG/EK”

 

Tal com hem vist, el fonema “g/k” pot presentar-se en diferents grafies i, de vegades, evolucionar o confondre’s amb altres fonemes. No obstant, quan ho analitzem en detall, molts cops el trobem formant part de síl·labes. Aquestes solen representar-se com consonant més vocal (C+V), però, malgrat considerar-se avui com el tipus de síl·laba normal, la síl·laba primària era la formada per vocal més consonant, tal i com gran quantitat d’afixos ho testimonien, “as-“, “in-“, “ab-“, “es-“, “ak-“, “ad-“, “-os”, “-an”, “al-“, “-ix”, etc., etc. Aquesta forma de fer les primeres paraules, monosil·làbiques, que també han estat els primers morfemes, es basa en que cada consonant adopta una significació diferent segons la vocal que la determina. Així, la consonant “k/g” es pot combinar amb les quatre vocals primàries (a,e, i, o/u). Aquestes quatre síl·labes, “ak”, “ek”, “ik” i “o/uk”, totes tenen el seu significat concret, però en aquest treball només em centraré en “ek/eg”, en la qual el valor semàntic de “k/g” és modificat o determinat pel valor semàntic de la “e”, que, recordem-ho, significa ‘límit’, ‘contorn’, ‘paret’, ‘membrana’, ‘divisòria’, etc., les quals separen el món intern del món extern, representats al seu torn per la vocal “i” i la “a”.

 

El significat inferit o deduït per la síl·laba “ek/eg”, o morfema, és el de: ‘fer o extreure del límit, del contorn’, una precisió que sembla innecessària per “extreure”, encara que no tant per “fer”, ja que s’incideix en el punt de vista que per fer una cosa cal treure-la d’una altra matèria en la qual està incorporada, i que cal extreure-la. Aquesta mateixa paraula, “extreure”, ja porta el prefix “ex” que també té o conté el morfema “eg/ek”, i que ens explica com per extreure, cal treure fora o emportar-nos una certa cosa, traient-la d’un lloc tancat que, no sense treball, la deixa anar. L’arrel “jec” d’”in-jec-tar”, per exemple, té un segon component afegit, preposat a l’arrel “ek/eg”, que modifica a tot aquest morfema, l’arrel-fonema “x” , de so palatal, el significat del qual vol dir ‘dipòsit’. Per tant, “jec” és extreure del dipòsit. La palabra d’origen grec “ecto-pic”, es refereix a allò que se situa a fora del lloc, damunt, tal com un gra o una erupció que sobresurt de la pell, i és una malaltia “ec-tòp-ica”, de damunt del lloc, “topos” en grec.

 

Tenim, doncs, un significat clar i concís per a “ek/eg”, molt pròxim a d’altres com poden ser “ok”, “ek”, i “ak”. També “ke” pot ser una síl·laba vàlida o existent, el valor de la qual ha de llegida en el sentit invers a “ek/eg”, és a dir, ‘el límit d’allò que és extret’, carregant sobre la “e” el nucli del significat.

 

“Eg/ek” té dins de la llengua una presencia molt important, però dependent de cada llengua en concret, la seva presència és diferent. En una de les llengües més primitives i aïllades com és el basc, la trobem amb dues presències molt importants: la primera com a arrel, donant nom a paraules tan bàsiques com “eg-un”, ‘dia’,”eg-uzki”, ‘sol’, “eg-in”, ‘fer’. Com morfema forma part del cas ergatiu, és a dir, el cas que distingeix el subjecte actiu, del subjecte passiu, o, el que és el mateix, el subjecte quan és d’un verb transitiu, i el subjecte quan ho és d’un verb intransitiu. Per tant, marca el subjecte transitiu, actiu, precisament el que fa quelcom. Per tant en aquelles oracions que tenen complement directe, el subjecte utilitza aquesta terminació “-k”, que segons sigui l’article singular o plural formarà els morfemes “-ak” o “-ek”. Lo dolent d’aquest sufix, és que coincideix amb el plural del basc “-k”, que penso no prové de la “k” sinó de la “i” esdevinguda a “j” (aj > ak”, i ej > ek). Això comporta un plus de dificultat a l’interferir-se ambdós morfemes, el del plural i el de l’ergatiu. Vegem les diferents possibilitats:

“Etxe-a-k leio-a du”, ‘la casa (ergatiu singular) la finestra (complement directe singular) té’.

“Etxe-a-k leio-a-k ditu”, ‘la casa (ergatiu singular) les finestres (complement directe plural) té’.

“Etxe-e-k leio-a du”, ‘les cases (ergatiu plural) la finestra (complement directe singular) tenen’.

“Etxe-e-k leio-a-k ditu”, ‘les cases (ergatiu plural) les finestres  (complement directe plural) tenen’.

 

També el grec i el llatí han conservat aquest morfema, aplicant de vegades a les arrels i als morfemes. El grec té l’arrel “ec-tos”, ‘fora’, i “ek”. ‘de, des de’ o el mateix pronom personal “ego”, ‘jo’. El llatí també té prefixos com “ec” i “ex”. Un morfema que no conserva en tots els casos la “e-“ sinó que canvia a “i-“, és el morfema “-ic”, que molt probablement prové d’un anterior “-ec-“. Verbs com “pl-ic-are”, ‘apropar’, o “fr-ic-are”, ‘fregar’, o “officare”, del clàssic “offocare”, ‘ofegar’, com també “r-ic-are”, ‘regar’, “poster-g-are”, ‘posar darrera’, o “nav-eg-ar”, on si es veu l’original morfema amb “-ec-“. En tots els casos està clar el seu valor de ‘fer’, en un sentit ampli, i d’’extreure’.

 

Hi ha certs verbs que no ens han arribat com tals verbs, però si que podem destriar aquesta arrel en alguns noms. Es tracta de la paraula “medico”, que en llatí és un verb: “med-ic-o”, ‘curar’, formats en base a “medius”, ‘medi’ més el sufix “-ic-“, ‘fer’. Ens altres verbs si que sembla conservar-se el morfema original com en “n-eg-ar”, ‘negar’, o “l-eg-ar”, ‘legar’.

 

El fet de creure que és “ek” i no “ik” el morfema etimològic es base en la presència del mateix morfema en les llengües com la catalana o la castellana, i comprovar que molts verbs llatins, i fins i tot d’origen no llatí, ho són amb “e” formant morfemes verbals del tipus: “-ejar”, “-egar”, “-ear” i quasi mai ho fan en el morfema “ic”. Això fa pensar en el cas contrari, que les llengües romances agafessin aquest morfema de la llengua ibera, i que la llengua llatina ho prengués d’una llengua prellatina, emparentada amb la ibera. De fet aquest sufix  segueix viu malgrat els dos mil anys que el separa del llatí, i encara avui continua formant noves paraules en base a aquest morfema: de “banda”, paraula d’origen fràncic, es forma el verb “band-ej-ar”, i de la paraula “gorro”, paraula no llatina, es forma el verb “gorr-ejar” o el castellà “gorr-ear”.

 

Respecte als morfemes verbal “-ejar” I “-egar” és evident la relació semàntica que tenen amb el significat ‘fer’, encara que en alguns casos el verb hagi derivat a la terminació “-icar” o “-igar”. Paraules com “jo fa-ig”, amb un so de la “g” fricatiu /z/, molt diferent al velar, només fa que reafirmar les vacil·lacions que es donen en aquest fonema a l’hora de la seva plasmació en diferents paraules: des de “regir” a “regular”, o des de “legislar” a “legal”.

 

Abans d’entrar en les paraules castellanes i catalanes que presenten aquest morfema, vull fer un repàs per llengües no llatines, tal com són les anglosaxones, on també trobem aquests morfemes i arrels basats en el “eg/ek”. L’origen etimològic d’aquest morfema en les llengües anglosaxones ha de provenir d’un major coneixement de la seva historia com a llengua, però encara que no tenim aquestes claus, si podem veure alguns casos de presència, com ja hem vist en el basc, el grec o el llatí.

 

En el cas de l’alemany només proposo tres exemples: “eig-en” ‘propi’, i “eig-nen”, ‘ser apropiat’, segurament una variació de “eg” cap a la variant “eig”, molt pròxima a “ich”, ‘jo’, que també concorda amb l’”ego”, llatí. També puc proposar la paraula “ek-el” ‘aversió’, un compost on “ek” seria traduïble per ‘extreure’, com forma de refús d’alguna cosa que ens toca o està en contacte i ens molesta. Per últim i tercer exemple tenim el prefix “ge-“ que li dona a la paraula que acompanya el sentit de quelcom realitzat, fet, acabat: “ge-bet” ‘oració’, d’un “veten”, ‘resar’, i, per tant, seria quelcom així com ‘la realització de l’orar’, o simplement ‘oració’.

 

Dins del lèxic anglès també trobem alguns exemples,  i citaré dos: “egg”, ‘ou’, ja que es un producte que les aus extreuen del seu cos per donar llum a un nou fill, que a més a més de fer-se en l’interior de la femella és excretat, extret. La segona paraula és “ekke”, un verb que significa ‘escatimar’, ‘fer durar els diners’, ‘estirar els diners’. En certa manera vol dir també ‘extreure’, ‘fer-los que no s’acabin’ (els diners), ‘que s’allarguin’. És doncs un segon significat adient a aquest del morfema-arrel, en un cas amb so sonor, “egg”, i en l’altre amb so sord, “ekke”.

 

 

IV. PRESÈNCIA DE L’ARREL – MORFEMA “EK/EG” EN LES LLENGÜES CATALANA, CASTELLANA I ESPERANTO

 

Com hem vist en el capítol anterior, el morfema i també arrel “eg/ek” és present en moltes llengües, cosa que ens fa veure una certa unitat entre les llengües, encara les més llunyanes d’aquesta vella Europa, morfemes i arrels que sense canviar substancialment de significat adopten diferents significats concrets, però que tots bàsicament es poder reduir al sentit semàntic dels verbs ‘fer’ i ‘extreure’.

 

4.1  PRESÈNCIA EN LA LLENGUA CATALANA

 

En primer lloc analitzaré la presència d’aquest morfema-arrel en la llengua catalana, que encara estan basada en bona part en el llatí també compta en el seu lèxic i gramàtica amb trets que la fan diferent del llatí i que fa preveure que tenen una gran influencia de la llengua substrat, l’iber, tant en la seva estructura com en el seu lèxic, de forma llunyana segurament en una llengua anterior i comuna a les llatines, iber i altres llengües europees, el que jo anomeno llengua “preindoeuropea”.

 

En aquesta anàlisi començaré pel lèxic amb presència de l’arrel “eg/ek”, en paraules molt curtes, simples, d’una o dues síl·labes, que coincideixen plenament amb aquest arrel. Les dues que anomenaré tenen antecedents en el llatí i el grec. Es tracta del pronom “jo”, evolució del llatí i grec “ego”, ‘jo’, i el nom “eco”, també amb els antecedents en aquests idiomes. El pronom de la primera persona del singular és el nom que es dona a la persona que fa, la que parla, la que actua, la que desenvolupa la frase, la llengua i el llenguatge, com una forma també de fer. És, doncs, evident la seva relació amb el morfema i arrel “ek/eg” per ser qui fa, qui actua. En el cas del nom “eco”, referit al so que retorna un cop el soroll emès ha rebotat contra una paret, és també la seva relació entre el so que s’emet i la seva capacitat per extreure un segon so, emés per la paret que retorna aquell primer so al seu emisor. Representa que al primera “ego” i ha un segon “ego” que retorna el mateix so al primer. Els dos exemples, “ego” i “eco”, són dos exemples clars i amb prou pes específic per demostrar la relació amb aquesta arrel.

 

En segon lloc tenim aquesta arrel primària formant un compost amb altres arrels. En aquest joc combinatori “ek/eg” va combinant-se amb altres arrels primàries, de les quals només conservem la consonant: “b-ec”, també conegut com “pic” o el castellà “pico”, amb “t-“: “t-ec”, “t-ec-a”, amb la “g-“: “g-ec”, amb la “x-“: “x-ec; amb la “r-“: “r-ec”, amb la “l-“: “l-eg”, que en castellà fa “l-og-o”, així com “ll-eg-ir”, “l-eg-al”, etc.; amb la “s-“: “s-ec”, “c-ec”, i tot transformant-se la “eg/ek” en l’arrel “eix” forma paraules com “qu-eix-a”, “es-qu-eix”, etc.

 

Si passem a l’apartat dels morfemes és aquí on podem veure la gran riquesa d’aquesta arrel-morfema, especialment en els morfemes verbals: un dels morfemes que j avenen del grec, i que forma el nom “teke”, ‘dipòsit’, tenim aquells verbs relacionats amb la construcció, o en la protecció, com són els verbs “pro-teg-ir”, o “de-tec-tar”, o en els noms “t-e-ula” o “t-eg-ument”  o arqui-t-ect¡-te. Tot aquest conjunt de morfemes arrels es basen el l’arrel “tek”, compost de “t-“ més “ek/eg” que en conjunt venen a significar ‘fer damunt’, o ‘fer envers quelcom”, de l’arrel “ad-“ que dona nom a paraules tècniques com “t-ec-tònica” i les més vulgars com la castellana “t-ech-o”. També és important veure aquesta arrel incardinada dins de dos arrels com la de “jec” en “in-j-ec-tar” i en verbs com “execut-ar” o “er-eg-ir”, la qual ja entra dins dels morfemes verbals que aniré analitzant a continuació.

 

Abans d’entrar en els verbs cal fer una menció del prefix “ex”, parent pròxim, sinó igual, del prefix “ec-“, però molt més utilitzat, i que té el mateix significat, tal com és el de ‘fer fora’, ‘sortir fora’, que, possiblement porta també la presència del fonema “s-“ amb el sentit de ‘sortir’, cosa que reforçaria el significat de ‘fer fora’.

 

Els morfemes verbals basats en “ek/eg” són quantiosos, alguns amb antecedents llatins on la “e-“ se sol transformar en “i-“ com encara avui es conserva bastant en l’italià i alguns verbs catalans. Els morfemes verbals són: “-egir, “-igir”, “-egar”, “-icar”, “-ejar”, i “-eixer”. Abans d’entrar en cadascun d’ells amb les seves diferents formes de pronunciació, crec que cal entrar en el significat del mateix verb català “fer”. Aquest deriva d’un verb irregular del llatí que passa de “facto” del present, al “fer” del passat, al “factum” del participi. Així, doncs, vegem una variabilitat en la vocal, i d’aquí que al costat de paraules com “fac-toria” tenim “a-fec-ció” o “fe-t”. Malgrat això crec que la vocal etimològica en totes les variants sempre havia d’estar la “-e-“, atesa les moltes paraules derivades amb “-e-“. Al costat d’”ac-te” tenim “f-ac-te” i “f-ec-te”, del qual deriva “fe-t”. És el cas del verb “ac-tuar”, amb “a-“, que li dona un sentit d’acció externa, de realització, en canvi “f-ec-te” té un sentit més de canvi que es realitza en un objecte o persona. Tenen en comú ambdós verbs el fonema “g/k” que els hi dona el sentit de ‘fer, extreure’ als dos verbs.

 

Relacionat amb el verb “fer” tenim d’altres, com “g-en-erar” on l’arrel “g-en” es construeix amb aquest fonema més el sufix “-en”. Una segona paraula és “tèc-nica” del grec “tekne”, també en el sentit de ‘fer’. Una tercera paraula és “mà-qu-ina” que comparteix amb la paraula anglesa “make”, el seu sentit de ‘fer’, precisament per compartir el fonema “g/k”. Queda amb tantes paraules confirmadores que el valor del fonema “g/k” és el de ‘fer’, ‘extreure’, i que el morfema “eg/ek” té el sentit d’’extreure del costat, del límit’. No obstant això, la “e” fàcilment es pot convertir en “i”, la qual cosa crea possibles equivocs i ens pot fer veure com molts dels verbs llatins am “i” poden haver estat anterior morfemes en “ek”.

 

El primer grup és el format pels verbs acabats en “-icar” o “-ecar”, com “med-ic-ar”, del llatí “med-ic-o”, “apl-ic-ar” del llatí “appl-ic-o” o “vind-ic-ar”, també del llatí “vend-ic-o”. Amb “-e-“ tenim verbs com “p-ec-ar”, “s-ec-ar”, o “def-ec-ar” dels llatins “p-ecc-o”, “s-icc-o” o “def-ec-o”. Relacionat amb “-icar”, “-ecar” o “-egar” tenim alguns verbs acabats en “-car”, simplement, com “mar-c-ar”, “pes-c-ar” o “sol-c-ar”. Alguns tenen antecedents llatins però la majoria no. Fins i tot noms com “vol-c-ar” no tenen un antecedent llatí, com tampoc “pes-c-ar” i “pes-ca”, ja que el llatí trobem el verb “pis-cor”, on queda evident l’arrel “pis”, derivat al nostre “peix” o “pes”, més l’afegitó “-ca”, que dona el sentit de ‘fer’, i per tant, la simple “-c-“ dona el significat a “pes-c-ar” com el de ‘fer peix’, ‘extreure peix’. Alguns verbs semblen no tenir cap antecedent llatí com “cer-car” o “apar-car” o “embar-car”.

 

El verb “fer” en català és molt utilitzat com verb per a tot, verb que no només descriu allò que es fa o realitza, sinó també allò que s’esdevé, com quan utilitzem la perifrasi “fa calor”, o “es fa de nit”, coses que esdevenen de forma natural, o accions com “peton-ejar” que equival a “fer petons”, i que arriben a substituir verbs per aquestes perífrasis: “fer tard” en lloc de “trigar”. Això ens fa veure que el català utilitza molt el verb “fer” per construir verbs, amb més quantitat que d’altres idiomes. És per això que el català utilitza aquest morfema “-ejar” per fabricar nous verbs: “fein-ejar” (fer feina), a més a més dels ja més instal·lats en el lèxic com “fest-ejar” i els acabats en “-egar” com “nav-egar” o “caval-gar”. Aquests verbs construïts amb aquests morfemes ens revelen una estructura verbal, de vegades no prou evident, constituïda per una arrel, per exemple “mer-“, amb valor semàntic no conegut exactament, i l’arrel o morfema “eg/ek”, molts cops en la seva mínima expressió “g/k”, i la desinència verbal de l’infinitiu “-ar”, donant el verb “mer-c-ar”, és a dir, ‘comerciar’, ‘vendre’ o ‘comprar’.

 

En tercer lloc tenim els verbs acabats en “-egar”, dels que ja hem vist uns quants, que sense ser molt nombrosos si són de gran importància perquè, a més que alguns són procedents del llatí, altres provenen d’altres llengües, la qual cosa ens demostra que aquest morfema està en un origen més antic que els mateixos idiomes coneguts per nosaltres, un origen més remot que podríem qualificar de prellatí o, fins i tot, preindoeuropeu. Tenim tot els verbs derivats del llatí “plicare”, ‘unir’, com “dobl-eg-ar”, “pl-eg-ar”, etc., “fregar” del llatí “fricare”, “pregar” del llatí “precari”, “bat-eg-ar”, del llatí vulgar “battere”. El fet que molts verbs siguin coneguts en el llatí vulgar i no clàssic ens deixa veure la força dels substrats lingüístics, concretament l’iber, que es va anar imposant a les estructures llatines i el seu lèxic, formants verbs desconeguts o no utilitzats en el llatí clàssic.

 

El verb “carr-eg-ar” que evidentment deriva del nom “carrus”, nom no llatí, i que segons sembla deriva d’una paraula celta, ve derivat d’un verb en llatí vulgar “carr-ic-are”. El mateix passa amb “br-eg-ar” del germànic “brekan”, ‘trencar’ o “rebr-eg-ar” format en base a “bregar”. Altres verbs no tenen un origen conegut com són “end-eg-ar”, o “restr-eg-ar”. Altres verbs tenen orígens llatins bastant discutibles com pot ser “legar” o “entregar”, més utilitzat en castellà, i que se suposa deriva de “integrare”, ‘restituir al primer estat¡, d’un original “integre”, en lloc de formar-se com “en-tr-egar”.

 

En quart lloc tenim els verbs amb terminació “ejar” que no tenen antecedents llatins, i per altra banda formen el grup més nombrós dels verbs formats amb el morfema “eg/ek”. A més a més, com ja he citat, és un morfema ben viu que forma avui mateix neologismes verbals: “tun-ejar”, “rastr-ejar”, etc. Alguna autora fa derivar aquest morfema del també morfema verbal “itzar”, encara que és ben clar que no guarda relació fonètica amb “-ejar”, però si que és un altre morfema viu i utilitzable dins del català: “amen-itzar”, “sinton-itzar”, etc. La diferencia la vegem en “catalán-itzar”, ‘fer catalans’ però d’una forma definitiva, en canvi “catalán-ejar” seria ‘fer catalans’ però no transformant l’essència sinó només algunes accions. La diferencia rau en que un utilitza la “tz”, arrel del verb ‘ser’, i l’altre la “eg” que forma el nucli del verb ‘fer’.

 

Alguns diccionaris etimològics fan derivar els verbs acabats en “-ejar” de l’italià, sense dir aquest idioma d’on ho va heretar. La major de les vegades els diccionaris només diuen ser verbs derivats d’un nom, però sense entrar en l’origen del morfema. “Fest-ejar”, diuen, ve de l’italià “festeggiare”, “manejar” també de l’italià “maneggiare”, i de forma poc aclaridora només diuen que “band-ejar” ve de “banda”, “franqu-ejar”, de “franc”, “pot-ejar” de “portar”, “pilot-ejar” de “pilota” i que “mant-ejar” de “manta”. En aquest cas “-ejar” té un so fricatiu, del fonema /z/, corresponent al so que tenen les grafies “g”, amb “e” i “i”, i la “j” en català, un fenomen molt freqüent al derivar el fonema “k/g” al so /z/ de la “g” i la “j”.

 

Un cinquè grup és el format pel morfema “-gir” o “-egir”, com són “prot-eg-ir”, “exig-ir”, “conf-eg-ir”. Aquí es veu com al declinar-se dins de la tercera conjugació dels verbs l’infinitiu dels quals acaba en “-ir”, el so de la “g/k” es transforma automàticament en so /z/ en lloc del velar /g/. “Pro-teg-ir” té altres paraules derivades que ho fan en el fonema /g/ com en “t-eg-ument”, i “dir-igir” també té altres parentescos en “r-eg-ular”, quan es combina amb altres vocals fortes. L’origen llatí és clar en totes elles: “as-per-gir”, del llatí “asper-go”, aquí amb so gutural. O “exi-gir” del llatí “exigo”, ‘fer fora’, on queda ben evident el valor semàntic del morfema “eg/ek” com ‘extreure’.

 

En un últim grup tenim els verbs acabats en el morfema “-èixer” com en “con-èixer” o “apar-èixer” o “pat-èixer”, encara que és més normal dir “pat-ir”, ja que aquest “-èixer” sembla ser més dialectal. Al marge d’aquest ús més dialectal, si que trobem aquest morfema formant part en la declinació d’alguns verbs de la tercera conjugació: de “bastir”, “bast-eixo”, d’”engrandir”, “engrand-eixo”, etc. L’antecedent llatí no sempre porta un morfema que derivi en “-eixer”, només alguns verbs formen el sufix llatí “-sco”, com en “pa-sco”, ‘p-èixer’. Aquest morfema es coincident amb el morfema anomenat incoatiu, d’inici d’activitat, possiblement per la introducció dins del morfema “eg/ek” el fonema “-s-“, ‘sortir’, que junt a “k”, ‘fer’ faria un conjunt semàntic com de ‘fer sortir’. Altres verbs d’aquest grup semblen formar-se actualment amb aquest sentit de ‘fer sortir’ o ‘fer ser’, el que significa el mateix que ‘esdevenir’, amb un sentit reflexiu, intransitiu o impersonal.

 

 

4.2  PRESÈNCIA EN LA  LLENGUA CASTELLANA

La llengua castellana té uns morfemes similars als de la llengua catalana, però amb algunes diferències que aniré analitzant a continuació. Respecte al grup format pels verbs acabats en “-egar”, un grup bastant limitat en les dos llengües, hi ha verbs com “llegar”, exclusiu del castellà que segons la Real Acadèmia de la Llengua (RAE) deriva d’un antecedent llatí “plicare”, ‘plegar’, amb la idea de reunir, però que té més sentit el de reunir-se amb algú o alguna cosa separada, en base a l’arrel “ab-il”, de la qual s’ha format tant “bil” com “bl” i “pl”. Per tant, el seu sentit més primitiu etimològic transcendeix el mateix significat de “plicare”, ‘plegar’, ‘fer plecs’, que el sentit castellà de “ll-eg-ar”.

 

Tampoc el verb “entregar” sembla tenir una etimologia llatina en català, ja que la RAE proposa com antecedent “integrare-2, ‘restituir al primer estat’, quan sembla que caldria fer referència a dos paraules “inter”, ‘entre’, i l’altre el mateix morfema “-egar”, ‘fer’, per tant, ‘fer entre’. Molts altres verbs són compartits amb el català, però sembla que aquest té més verbs que el castellà no té, i té noms dels quals deriven els verbs que el castellà tampoc té: “màn-ec”, “man-eg-ar”, “sed-ec”, “assed-egar”, o “espet-ec” i “espet-egar”.

 

Respecte al segon grup format pels verbs acabats en “-ecar” i “-icar”, junt amb els que acaben simplement en “-car”, el castellà és on té més verbs. Molts d’aquest són formats en base a un nom acabat en “-ca, la qual cosa ens fa veure que el prefix també ha servit per fer nous noms, partint d’una arrel, com és, per exemple, “sor”, “sur” o “sol”, formant el nom “sur-co”, el verb “sur-car”. De vegades intervenen infixos molt productius, formadors d’adjectius, com “-iv-“ que dona el morfema compost “-if-ic-“ i els verbs del tipus: “cos-ific-ar”, “clas-ific-ar”, “ejempl-ific-ar”, … També amb “-d-“ o “-t- forma el morfema compost: “-d-ic-ar” com “de-dic-ar”, “per-ju-dic-ar” o “re-vin-dic-ar”. En tots ells és ben evident el seu valor etimològic de ‘fer’, com en “ata-car”, ‘fer entrada’ entenent que “ata” és porta o entrada.

 

Un tercer grup format pels acabats en “-ear” són considerats, a l’igual que el català “-ejar” d’origen italià: “fest-ejar”, “cort-ejar”, “man-ejar” o “forc-ejar” És evident que el castellà antic havia de tenir la “k/g” entre les dues vocals, “e-“ i “-ar”, però que per ser un so, el fricatiu, un tant aliè a la fonètica castellana, va quedar reduït a “e(g)ar”. El més curiós és que aquest morfema poques vegades es remunta a un temps antic, tal com l’origen llatí, i semblen ser verbs procedents de diverses llengües, als quals se’ls ha aplicat el morfema viu en cada moment: “-ejar”, derivat al castellà en “-ear”, encara que no en tots els casos: “refl-ejar”, “apar-ejar”, “asem-ejar”, etc. Sembla, doncs, que aquest morfema ultrapassa l’origen llatí, i, fins i tot, és molt possible que alguns verbs llatins haguessin agafat aquest morfema d’una llengua anterior i formar verbs i noms acabats en “-x”, el so més pròxim al fricatiu “g”, /z/: “dejar”, de llatí “laxare” o “vejar”, del llatí “vexare”. Fins i tot la terminació del català “-eixar”  seria una variant paral·lela a “-ejar”.

 

Un quart grup, el format pels verbs acabats en “-gir”, trobem com a diferencia entre català i castellà, que el primer al conjugar el verb fa temps i persones acabats en “-eix-“, com “dirig-eixo”, del verb “dir-igir, cosa que no succeïx en castellà. El so fàcilment passa de un so fricatiu al so gutural, com en “dir-ig-ir” passa a “dir-ec-ció”. Per últim tenim el grup format pels verbs acabats en “-cer” o “-ecer-2, un so sibilant, lluny del gutural i velar, però proper al fricatiu /z/ escrit molts cops amb “x”. En aquest grup bastant nombrós són pocs els verbs que es poden remuntar al llatí, i en aquesta llengua ho fan amb la terminació “-esco” i “escere”. Alguns altres no adopten cap terminació concreta, com de “apar-ecer” el llatí té “appar-co”, ‘aparèixer’. Molts ho fan amb la terminació coneguda com incoativa: “-sco”, ‘iniciar’. El valor o aspecte incoatiu es relaciona fàcilment amb els que impliquen ‘producció’ o ‘realització’, perquè quan van referits a fets naturals o involuntaris, l’acció es dona en forma de canvi, d’inici d’un altre estat: “aman-ecer”, “entrist-ecer”, etc. La majoria dels verbs d’aquest grup són de construcció posterior al llatí, construïts en base a una activitat i de plena actualitat especialment en el castellà, com ja hem vist en “pad-ecer”, ‘patir’ i ‘pat-èixer’, “atard-ecer”, o “anoch-ecer”.  

 

4.3 PRESÈNCIA DEL MORFEMA “EK/EG” EN L’ESPERANTO

 

Aquest morfema adquireix diverses aplicacions en l’esperanto com a prefix i com a sufix. Els més importants són els sufixos de caràcter verbal que canvien la “e” per “i”, tal cpm també succeeixen diverses llengües i especialment en el francès, on sembla inspirar-se Zamenhoff per proposar aquests dos sufixos verbals: “ig” i “igx”. En el primer, la “g” té un so oclusiu velar sonor, com en “ga”, “gue”, “gui”, “go” i “gu”, en “igx” el so té un caràcter fricatiu, alveodental, com en les síl·labes catalanes “ja”, “ge”, “gi”, “jo” i “ju”. I dic que la “i” és una variant de la “e” etimològica perquè el valor semàntic de l’arrel que li dona Zamenhoff a aquests dos sufixos coincideix bàsicament amb el valor semàntic d’aquest morfema, que en gran quantitat de morfemes i llengües la “e” és la vocal predominant. En català tenim els morfemes verbals: “-ej-ar”, “-eg-ir”, “-eg-ar”, “-ec-ar”, “-eix-ar”,… Malgrat que Zamenhoff vol donar-li un valor diferent semànticament a cada so, de fet, tant la “g” com “la “gx” coincideixen amb el valor semàntic del fonema /g/, quedant com al·lòfons o variants el fonema /z/ de la “gx”, encara que, algunes vegades, el seu valor semàntic no tingui a veure amb /g/, sinó que s’assimila més aviat amb el fonema /TS/.

 

Zamenhoff li dona un sentit semàntic a “ig” com d’’esdevenir’, i també, secundàriament de ‘fer’. Nosaltres, com a catalans, no utilitzem gaire la paraula “esdevenir”, sinó que el nostre “fer” adopta múltiples significats, des dels més literals i apropiats: “fer una cadira”, a d’altres amb significats més involuntaris, com els fets de ‘succeir” o “transformar-se”: “fer fred”, “fer calor”, “fer-se gran”,… Moltes són les accions que poden ser denominades per aquest verb “fer” més un nom: “fer petons”, “fer el ridícul”, “fer la guitza”, “fer tard”,… De vegades el “fer” té un subjecte que actua i és la causa d’un canvi, però moltes vegades aquests canvis són impersonals o reflexius: “fer dolent”, “fer-se de nit”, “fer-se metge”,… Aquí Zamenhoff veu el tret diferencial entre “ig”, ‘fer’, de caràcter transitiu, i “igx”, ‘fer-se’ de caràcter intransitiu o reflexiu. Però jo veig que “igx” no és diferent a “ig”, perquè ambdós impliquen ‘fer’ en el sentit molt ampli, el primer abastant les formes transitives, on l’acció recau en l’exterior del subjecte, i el segon ‘fer’ l’acció recau en el mateix subjecte o no existeix cap persona, ja que és impersonal. “Pur-ig-i”, ‘netejar’ no és diferent a “pur-igx-i”, ‘netejar-se, i són, doncs, dos formes idèntiques essencialment, basades en la diferencia fonètica que habitualment es dona en aquest fonema, però que no és una diferencia fonètica etimològica, basades en dos fonemes bàsics diferents. Com ja he dit abans, la “g” pot tenir diferents formes al·lòfons, i no per això canvia el seu valor semàntic.

 

És, doncs, el valor o significat d’”ig” o d’”igx” el mateix que hem vist en moltes llengües: la catalana, la castellana, la llatina, i especialment per la priorització de la transformació d’”ig” en “igx” i de l’”e” en “i”,  la francesa: “fum-ig-er”, ‘fum-ig-ar’, “invest-igu-er”, ‘investigar’ (aquí la catalana també canvia a “i”), o “recoll-ig-er”, ‘recol-ec-tar’.  Pensem que les variants sordes i sonores dels fonemes no fan canviar el seu valor semàntic (fonemes /k/ i /g/), així des d’un punt de vista etimològic tant és “gu-“ com “qu-“ o “g-“ com “c-“.

 

Un altre sufix verbal, encara que no exclusivament verbal, com passa amb tots els afixos en l’esperanto, és “eg”, un augmentatiu que podem atribuir amb certa dificultat al morfema-arrel “eg/ek”, i els sufixos “ig” i “igx”, tots ells basats en el significat del verb ‘fer’, en un sentit molt ampli i general. El mateix verb “fer” ve del semantema “ek”, ‘extreure’, és a dir, canviar la situació o estat d’una cosa, habitualment extraient-la del seu lloc inicial. Si això, l’extracció, ho atribuïm a la quantitat o mesura de les coses, vegem que com més extraiem d’una cosa més gran es fa la cosa extreta, o cosa feta i resultant final. D’una forma una mica forçada pel nostre entendre podem també atribuir “eg” al morfema “eg/ek”, ‘fer, extreure’. D’aquí que serveixi igualment per fer un augmentatiu a noms: “dom-ego”, ‘casassa’, a adjectius: “bon-ega”, ‘boníssim’ com a verbs: “pluv-egi”, ‘diluviar’.

 

Ja per últim tenim “ek” com a prefix amb el significat conjunt que vegem per “Eg/ek”, és a dir, ‘fer, extreure’, ja que ens explica l’inici o posta en marxa d’una acció, o el que és el mateix, l’extracció d’aquesta acció o cosa: “sidi”, ‘asseure’s’, “eksidi”, ‘prendre seient’, “vidi”, ‘veure’, “ekvidi”, ‘començar a veure, adonar-se’n’. Aquest prefix quan actua sol ve a ser una exclamació que significa això mateix: “ek”, ‘posar-se en marxa’, ‘actuar’.

 

Recapitulant tot lo anterior podem afirmar que els quatre afixos (3 sufixos .”ig”, “igx” i “eg” i 1 prefix, “ek”) tenen una total coincidència amb l’aspecte semàntic del morfema “eg/ek”, malgrat les seves diferències fonètiques al canviar la “e” per “i”, i la diferencia entre la “g”, etimològica, amb les “g” gutural oclusiva, la “g” fricativa, i la “k” oclusiva velar, totes elles amb un sol valor semàntic, però que s’ha aprofitat la seva variabilitat per donar-li tres matisos diferenciadors i classificadors que en el fons no responen a una realitat.

En quant al tercer sufix, l’augmentatiu “eg”, coincident respecte al morfema “eg/ek”, costa comprendre la seva relació o entronc amb el morfema que estudiem, però, malgrat això, arrenca el seu sentit d’aquest morfema de forma pareguda al augmentatiu basc “-ago”, ‘més’, que forma derivats com “gutxi-ago”, ‘més petit’, ‘menor’ o “gehi-ago”, ‘més’, ‘major’.

 

Zamenhoff va saber trobar els significats primaris de les arres de diferents llengües i rescatar-los per formar la seva llengua artificial, però feta amb lo millor i més essencial de moltes llengües europees. Potser va pecar d’un excés de matisacions i diferenciacions per formar una llengua molt precisa, però a ell si li servien per a la seva creació de fonemes guarnits de molts detalls i concrecions lingüístiques. Crec li calia, vista un segle més lluny, veure la llengua en el seu sentit pur, amb la força semàntica que li donen els seus fonemes elementals, i així no perdre’s en detalls un tant artificiosos, amb ganes d’evitar la homonímia, quasi impossible d’evitar per altra banda, i més si tenim en compte que la llengua ve d’un tronc únic comú, que dona possibilitat a gran quantitat de variants però basades totes elles en lo primigeni, lo original i lo essencial.

 

 

 

V. FUNCIONS DEL FONEMA “G/K”.-

 

Hem repassat les diferents funcions del morfema “eg/ek” dins de l’esperanto. Ja sigui com a sufixos o com a prefix, amb tota mena de funcions: verbals, nominals, augmentatiu, transitiu, intransitiu, exclamatiu, etc. En totes ells es conserva i ens permet traduir-ho com el valor semàntic del morfema original “eg/ek”, ‘fer, extreure’. El seu valor es forma en base a dos fonemes “e”  i “g/k”, que amalgamen els seus significats per formar aquest morfema-arrel. El valor de la vocal “e”, a mig camí entre la “a” i la “i”, vol dir, precisament, això, ‘frontera, paret, límit, contorn, …’. Això junt al valor semàntic de “g/k”, que vol dir ‘extracció, fer, escollir, treure, canviar de situació,…’ Junts formen el significat de “eg/ek” com: ‘treure del límit’, o ‘fer’, amb tota la gama de sentits concrets i abstractes que li podem donar, o ‘aixecar de dins’, o ‘fer fora’, fins i tot ‘generar’, ‘fabricar’, ‘construir’,…

 

Però encara són més els derivats que pot tenir el morfema “g/k” si a aquesta consonant li afegim altres vocals com “a”, “o/u” o “i”, cosa que ens faria desbordar i molt l’extensió d’aquest article més limitat només a la vocal “e”. L’orde3 o disposició en el temps dels fonemes també es significatiu: el primer fonema seria el complementari del segon, i aquest, el substantiu, nuclear, la cosa determinada. Per això no té el mateix valor semàntic “eg” que “ge” o “ek” que “que”, que són formacions que també cal tenir en compte per reforçar la validesa d’aquesta teoria. Al final d’aquest article faig una petita incursió en aquesta mena de síl·labes al tractar del prefix “ge-“. Cal, no obstant, advertir al qui vulgui immiscir-se en aquestes indagacions que podem trobar tota mena de paranys; des de vocals finals neutres, com la “-e”, o la desaparició de les vocals inicials en moltes paraules i noms: “(a)t-oro”, per citar un exemple, especialment en les llengües indoeuropees la tendència de les quals és a iniciar les paraules amb consonants.

 

Per això és important conèixer amb profunditat no només cada llengua, sinó la seva evolució històrica, per poder després destriar perfectament les parts que conformen una paraula, les seves arrels, morfemes i fonemes. Dins d’aquests casos i parts que ens podem trobar, existeixen paraules en esperanto i també en moltes llengües, que formen paraules amb la participació d’un sol fonema, i en aquest cas ens interessa com és lògic el fonema “g/k”, un dels que més vegem utilitzar en les llengües, i com no podria ser d’altra manera, en l’esperanto. L’esperanto recull com també fan altres idiomes la “k” i la “g” per separat. Zamenhoff li dona a la primera, la “k”, el significat de pronom, interrogatiu i relatiu. Aquest fonema és avantposat als altres elements habituals de la llengua esperanta: la “i”, com a nucli, la “u”, com individualitzador, la síl·laba “es”, genitiu, la “om”, quantitat, etc. La “k” representa al fonema /k/, so velar, oclusiu i sord, al qual jo li associo el fonema /g/, igual però sonor, ja que ambdós van junts, tal com vegem en el so de l’anglès representat per “wh-“ o el basc “gu-“. El seu significat, a més a més d’expressar interrogació, conjunció, o ser un pronom relatiu, és el d’escollir un element concret, diferenciat dels elements de la seva classe. De tots els homes, “qu-in”? El “qu-e” té… una característica, una qualitat que el fa diferent als altres, i que, per això, el considerem o extraiem a part del grup. A diferencia d’aquest fonema “k” diferenciador, l’esperanto té el fonema “cx”, equivalent al fonema internacional /TS/, però amb un significat totalment diferent: el de totalitat, de ser el conjunt de tota la classe: tots els homes, tots els fats, tots… Al costat d¡ells i formant un triumvirat tenim la lletra i fonema “t” amb un valor de concreció, no d’individualitat ni de totalitat, sinó de concreció en una quantitat expressada pels nostres “tant” o els demostratius “aquest-aquell”. Aquesta quantitat és coneguda per ser la que tenim a la vista, pròxima, seria, doncs, un fonema entremig entre “k” i “cx”. Aquest fonema “k” seria la d’expressar allò que volem i que, per tant, fem, extraiem o construïm, utilitzant-lo en la seva individualitat i protagonisme, que el fa diferent, diferenciat i diferenciador als altres de la seva classe.

 

Ja per últim he deixat el prefix “ge-“, formada per consonant i per vocal, I que habitualment no és del tipus de síl·laba que originalment es formava. Sembla que en aquest cas la “-e” final si té un significat semàntic. Aquest prefix serveix en esperanto per agrupar els dos sexes gramaticals en una sola categoria: pares, fills, companys. Així no cal repetir allò de “pares i mares”, “fills i filles”, etc. Amb posar “gepatroj” tenim els dos sexes junts.

 

Un pot preguntar-se: què tindrà aquesta arrel o morfema amb el fonema “k/g”? Doncs l’explicació és ben simple: aquí la “-e” final actual amb el seu sentit etimològic, és a dir, ‘el límit, la frontera, el contorn,…’ i la “g/k” amb el seu valor complementari per estar situada en primer lloc, que es podria llegar com ‘del que s’extreu, del que es fa’. Això ens indica que el valor semàntic del conjunt és el de ‘abastar fins als límits d’allò que extraiem, que fem, i adquireix el valor de la paraula que acompanya, o sigui, abasta fins els límits de la categoria que indica el nom al que va prefixat, sense especificacions de gènere o número, per tant, sense especificacions d’homes o dones, o de mascles o femelles. És un extreure per damunt de separacions internes’ i que agafa a tots els individus compresos en el nom, ja siguin pares, fills, companys, etc. Així no cal estar dient quants són d’un sexe o de l’altre, considerant-se tant pare a la mare com al pare, o fill a la filla com el fill.

 

Aquest prefix “ge-“ també el trobem i abundantment en la llengua alemanya, i en algunes paraules de l’anglès, però amb un sentit un tant diferent, ja que aquest prefix indica en alemany el sentit d’allò que està fet, realitzat, com cosa feta. En l’anglès té un sentit de relació entre tots els membres d¡un grup, com en “together, ‘junts’, la qual cosa indica una relació mútua, una relació reciproca entre uns i altres, sense distincions.

 

Feta aquesta precisió sobre la situació del fonema, primer o determinant segon o determinat, tenint en compte que el valor semàntic final no es atribuïble només al fonema “g/k” sinó al conjunt sil·làbic format pel fonema més la vocal, passaré a tocar certes variants fonètiques semblants que poden confondre a l’hora de saber i detectar si estem davant d’aquest fonema o d’un  altre. A més del so “g/k”, amb la seva irrellevància semàntica respecte al fet de ser un so sord o sonor, si que ens trobem amb sons semblants que ens poden fer creure que estem davant d’altres fonemes. Ja no em refereixo a les diferents grafies que trobem per representar aquest fonema, com “c”, “qu”, “k” “g” o “gu”,… sinó a sons molt propers a g/k” que molts cops són derivats fonètics d’aquest.

 

En refereixo al so de la “g/j”, un so bastant diferent del de “g/k”, ja que no és velar sinó fricatiu i alveolar, perquè es produeix  en el contacte o aproximació de la llengua a la zona de les genives o al començament del paladar, proper a les dents. Aquest so, com els palatals que després examinaré, sempre han estat amb els sons del fonema que estudiem, malgrat no tenir massa semblança. Així ens trobem que la “g” si va junt a vocals baixes, “a”, “o” i “u”, té el so de “g/k”, però quan va junt amb vocal saltes, vocals “i” i “e”, té un altre so: el de la “g/j”. Això ens pot indicar una evolució fonètica que, segons les llengües, un mateix fonema tendeix a derivar cap aquest so, o segons quines paraules i posicions dins de la paraula, també. Pensem, per exemple en la paraula grega “angel”, pronunciada com “ankel”, va passar al llatí i d’aquest al català com “àngel”, amb so fricatiu. O les mateixes paraules catalanes “gel”, fricatiu, respecte a “glaç”, so oclusiu velar. És a dir, paraules que venen de la mateixa arrel formen diferents paraules derivades, unes amb “g” fricativa, “regir”, i altres amb “g” oclusiva velar, “regular”. Molts cops tenen sons diferents simplement perquè van seguides de vocal saltes o baixes.

 

És evident que un estudi etimològic de les paraules, de les arrels i dels morfemes, ens pot ajudar a veure si aquella paraula precedeix o procedeix d’un original “g/k” o d’altres sons o fonemes amb contingut semàntic diferent, com és el fonema /tS/, amb les seves variants /j/, /dJ/, etc. En les terminacions de paraula la lletra diferenciadora d’aquest so és la “i”, precedida o no a aquest so representat per la “g”. Així tenim amb so fricatiu escrit per “-ig” i amb so gutural o velar escrit sense la “I”: “-g”. Aquesta diferencia que efectuem en el català no vol dir, no obstant, que ens trobem davant de dos fonemes diferents, sinó simplement que ens trobem amb una diferenciació que fa el català d’un mateix fonema i significat, per exemple, “màn-ec” es refereix a un objecte que es relaciona amb la mà, en canvi, “man-eig” més que un objecte és una acció que es fa amb la mà. És molt probable que aquesta diferenciació en “objecte” i “acció” tingui a veure amb aquesta dualitat de dos sons en base a un únic fonema “g/k”.

CASA-OIKOS-EKI-EGI-ETXE

CASA – OIKOS – EKI –EGI –ETXE

 

 

 

1. LA PARAULA “CASA”.-

 

La paraula “casa” és bàsica per a qualsevol llengua i per comprendre un referent bàsic de la seva cultura i llenguatge. Avui intentaré fer veure la relació del grec antic amb l’iber i d’aquest amb el basc, antic i actual.

 

En grec, a més d’”oikos”, trobem la paraula “oikia”, com paraula amb el significat de ‘casa’, i també ‘família’, per tant un significat una mica més abstracte i ampli que la casa material, que seria “oikos”. Primer cal aclarir que la vocal inicial “o-“ há de ser l’article determinat masculí del grec: “o”, ‘el’, que s’ha unit a la paraula que acompanya: “ik-os” o “ik-ia”. Aquest fet sembla repetir-se em algunes paraules d’ús freqüent.

 

En “o-ik-ia” trobem una part final, “-ia”, que és un morfema grec al qual podem donar-li el valor semàntic de ‘característica’, com, de “kakos”, ‘dolent’, obtenim “kakia”, ‘dolenteria’. Així, realment l’arrel de “oikia” és “-ik-“ o “ike”, donant-li a la “-e” final un valor neutre.

 

Això ens enllaça amb l’iber i el protobasc “eki” i “egi”, que porta, en alguns casos, prefixos i sufixos, com veurem posteriorment. “Eki” era la paraula que designava la ‘casa’, de vegades amb l’article determinat “-ar”: “eki-ar”, ‘la casa’. Actualment trobem al basc  “egi”, amb el so gutural de la “g”, tal i com s’escriu avui dia en el basc, amb un valor bastant ampli, des d’alçada, fins a magatzem, edifici, palau, etc.

 

El significat més etimològic i profund d’aquesta arrel “ek” la tenim comparant-la amb “eg-in”, ‘fer’ en basc, i en el prefix “ek-/ec” amb el sentit de ‘fer fora’ (ecto-plasma). La “-i” final d’”eki” o “egi” sembla ser un morfema sufixat amb el significat d’‘allí’, ‘dins’, ‘situat allí’, concretant la situació de l’interessat, és a dir, el de la persona que se situa a dins, allí mateix, respecte a “ek-“, que seria el de fer fora, per tant, a dins d’allò que fa fora, referit a la casa i al seu sostre que extreu la pluja i protegeix dels elements externs.

 

La paraula “eki” va evolucionar fonèticament cap a la pronunciació geminada com “k-g”, el que li donaria un so similar a la nostra “tx”: kg, cs, etc. Aquesta duplicació de la consonant oclusiva sembla ser una regla dins de l’iber, especialment quan es tracta d’una oclusiva entre vocals, i també quan la trobem sense altres prefixos o sufixos afegits. Així, al temps que trobem “egi” i “eki”, s’havia de donar la paraula “ekki” i “kgi”, no escrites però amb una pronuncia semblant a l’actual “etxi”, on la “t” substitueix la “k” oclusiva, i la “g” adquireix el so palatal i fricatiu que actualment té aquesta paraula. En resum, ambdues paraules tenen un mateix origen, però amb dos pronuncies diferents segons els casos, cosa que ha perdurat en el basc fins al dia d’avui: “jaur-egi”, ‘casa del senyor’, ‘palau’, i “gaztetxe”, ‘casa del jovent’.

 

 

 

 

 

 

2. TEGIAR, TEGI, TEKE, TECA.

 

A l’igual que podem establir un paral·lelisme entre l’”egi-ar” iber i l’”egi” basc, tenim una segon sèrie de paraules paral·leles, i al mateix temps relacionades amb “egi” i “egi-ar”. Els mateixos estudiosos de l’iber veuen una relació estreta entre “tegiar” i “egiar”, on només una “t-“ inicial els separa. Aquesta “t-“, que algun estudiós del basc li ha donat el nom d’”epentètica”, sembla ser un prefix amb un valor morfemàtic. Aquest valor semàntic del morfema alguns l’han relacionat amb la de l’article femení, tal com avui utilitza la llengua amazigh, on l’article femení es constitueix prefixant la “t-“ inicial. Però això faria que aquest morfema el torbéssim molt repetit tant a l’iber com al basc, i no passa així.

 

Per a mi aquest prefix està relaciona amb el nostre prefix “at-/ad-“ que forma part de moltes paraules compostes: ad-ministrar, ad-hesió, ad-orar, etc. Aquest prefix pot haver existit des d’èpoques molt pretèrites i haver perdut una part, la vocal inicial “a-“, al temps que s’unia de forma indissoluble amb moltes paraules. El per què d’aquesta interpretació la podem esbrinar en la seva significació: en basc “tegi” té el sentit de ‘magatzem’, ‘dipòsit’. Aquesta diferència amb l’”egi”, ‘casa’, crec que la podem trobar en el caràcter finalista de la casa, és a dir, s’estableix un magatzem com un lloc, edifici o casa, al qual es destina certs tipus de coses, coses que vindrien anomenades per la primera part de la paraula composta: en basc, “idi-tegi”, ‘estable o casa pels bous’, i amb una lectura més exacta: ‘bou a casa’. El morfema “-tegi” s’utilitza molt amplament, en un sentit real i en un altre més figurat: “hitz-tegi”, ‘diccionari’, ‘casa de les paraules’.

 

Per tant, la lectura de “tegi” hauria de ser la de ‘casa per a...’ amb el sentit que li dona la paraula precedent, a la qual acompanya i de la qual es complementa. Vegem, doncs, un valor semàntic i constructiu molt antic, tant que també en el grec vegem la mateixa paraula que ha derivat en “theke” a partir d’un original “(o)ik-ia”. D’un inicial “ike” s’havia de forma “th-ike”, amb possibles variant en “tica” i “teca”, dels quals hem heretat paraules com “biblio-teca”, “media-teca”, “hipo-teca” o “bo-tiga”.

 

 

 

3. RESUM.-

 

Poques vegades es dona un paral·lelisme tan clar i a diferents bandes (basc, iber, grec,...) com és en el cas d’”eki” i de “teki”. Això ens dona una pista molt bona en la forma de crear paraules derivades i compostes, amb l’afegit de morfemes prefixats i de paraules. Aquest paral·lelisme que en el cas de les relacions entre l’iber i el basc entra dins de lo possible per la seva proximitat geogràfica, sembla més difícil mantenir-lo amb el grec, un idioma indoeuropeu (encara que no exclusivament) i molt distant dins d’Europa de l’àrea actual atribuïda als bascos i ibers. Crec que els idiomes preindoeuropeus no estan gens estudiats, sinó és a través de la relíquia que suposa el basc, però és evident que els idiomes dels pobles nouvinguts havien de barrejar-se en certa mesura amb els idiomes preexistents a la Europa de fa més de 3.000 anys. De fet el llatí no està gens exempt de la presència d’aquesta arrel a través del verb “tego”, ‘cobrir’, del qual deriven les nostres paraules: “tegument”, “arquitecte”, “texir”, “tectònic”, i de la castellana “techo”, paraules molt relaciones, tan semàntica com fonèticament, amb les que hem estudiat (“tegi”, “teke”, “tegiar”,...)

 

Víctor Montañés i Borràs

 

Lleida, 23 d’octubre de 2013

 

 

 

EL VALOR FONÈTIC DE LA NOSTRA

 

 

LA FUNCIÓN DE LA LETRA “H” EN EL IBERO

 

 

 

  1. La función de la “h”.-

 

 

La letra “h” en muchas lenguas no tiene pronunciación, pero el hecho de escribirla nos ha de hacer sospechar que, antiguamente, si la debia haber tenido, ya fuera el sonido aspirado con que aún la pronuncian en algunas lenguas (inglés,…) u otro sonido no conocido en estos momentos. Por lo tanto la “h” solo representa el enmudecimiento de un sonido, en el presente desconocido, que la letra “h” conserva al menos en el espacio vacío que ocupa.

 

 

 

  1. Ausencia de la “h” en el ibero.-

 

 

La lengua ibera parece que no conoció la “h”, inexistente en su abecedario. Es, pues, evidente que la “h” como letra, con poco o ningún sonido, no existía. Cabe que alguno de sus fonemas, si pasaron a otras lenguas, como podría ser la vasca actual, o otros idiomas en los que actuó como substrato, como el catalán, padeció un enmudecimiento, tal como es evidente en el mismo vasco, donde encontramos palabras con un fonema concreto, y al mismo tiempo, la palabra sin aquel fonema y en su lugar la “h”, como, por ejemplo, “xurrupada” > “hurrupadada”, o “hobi” > “oi”, ‘encia’, ‘tumba’.

 

 

 

 

  1. La “h” a partir de otros sonidos.-

 

 

Así vemos que alguno sonidos han generado ese enmudecimiento, pero debemos preguntarnos: por qué? O mejor, por qué en unos casos un mismo fonema enmudece y en otros no? Creo que debió existir algún tipo de choque de pueblos, y en el cual ciertos sonidos podrían ser interpretados con diferentes variaciones, como, por ejemplo, la “b” podría dar lugar a sonidos más fuertes, como la “p”, o a sonidos más débiles como la “v”, la “f” o la “u”, así como la “w” en el inglés.

Aunque algunos sonidos oclusivos han podido dar como resultado evolutivo la “h”, evolucionando a “g” o “j” para llegar a un sonido aspirado o enmudecido totalmente, también la “b”, como fonema oclusivo, podía haber ido hacia la “v” o “f”, y finalmente hacia la “w”, “u”, y muy posiblemente y al final la “h”.

 

 

 

 

 

  1. Estudio comparativo.-

 

 

Si comparamos nuestra lengua con la latina de la cual surgió, vemos que la letra “f” de muchas palabras latinas ha dado “h”, ha enmudecido, y los filólogos lo atribuyen a un fenómeno típico del vasco, que podría haber contaminado al castellano, aledaño del vasco, y también al gascón, otro idioma en contacto con el vasco por el norte.

No pasa lo mismo en el catalán, mucho más conservador que el castellano con respecto al latín. Así, por ejemplo, “facere” evolucionó a “fer”, y en cambio en castellano “hacer”. Parece, pues, como si la lengua castellana, la vasca y la gascona, y otras más lejanas como la inglesa, todas ellas en zona de ocupación celta, estuvieran más dispuestas a enmudecer el fonema “f”, aunque no únicamente, pero si principalmente, pasando la “f” hacia la “h” o la “w”. Solo querría recordar el nombre de la “aquam” en latín, que partiendo de otros vocablos seguramente anteriores como “abo”, acabó en “wa-ter”, agua en inglés, o “wa-ser” en alemán, y “agu-a” en castellano, por lo tanto si que se ve una cierta evolución que acaba reforzando la “u-“ inicial con el sonido “g/k”.

 

 

 

 

  1. Palabras vascas con “h”.-

 

 

Las palabras vascas con “h” son bastante frecuentes y especialmente a inicio de palabra, como “hor”, “hortz”, “hots”, etc. Muchas palabras vascas son autóctonas, otras parecen ser derivadas de otras lenguas, como el latín o lenguas romances, siendo algunas prestamos claros de estas. Podemos citar en ellas el cambio de “f” a “h”: “forneo” > “hornitu”, “fondus” > “hondar”, “femme” > “emma”, etc. Así, pues, y haciendo un análisis etimológico, muchas palabras vascas parecen haber llegado a la “h” provinentes de una anterior “f” o “b”/”v”, ya fueran originarias de otra lengua latina o romance, o de una lengua anterior a todas ellas, que actuara como antecedente, sea el protovasco, o el preindoeuropeo, o también cabe citar el mismo ibero. Esto hace que muchas palabras vascas puedan parecer únicas u originales vascas, cuando en realidad  son evolución fonética de palabras también existentes en lenguas vecinas.

 

 

 

 

  1. Posibles relaciones ibero-vascas.-

 

 

Las palabras iberas están aun muy poco estudiadas e interpretadas, ya que, a pesar de los numerosos esfuerzos, continúa siendo un enigma para nosotros lo que pone en las inscripciones. Siempre hay que cree que ha llegado a interpretar la lengua, pero lo cierto es que no hay un sistema que lo haga de forma convincente al menos para la mayoría de las personas. Todas se acercan a la interpretación del ibero de la mano del vasco, pero este no es ninguna llave maestra que facilite las cosas, aunque evidentemente ha de ser una de las llaves para entender qué dicen las escrituras y lengua ibera.

Las palabras vascas, si algunas o muchas, son derivadas del ibero hemos de pensar que han experimentado cambios en ciertos fonemas, que lo alejaría del ibero primitivo, con los cuales guarda una relación estrecha, pero a la vez alejada por la evolución y influencias de 2 milenios. Por ello hay que aplicar fórmulas de transformación fonética, para poder establecer los parecidos y la posible relación entre dos palabras, una de cada léxico.

Palabras como “bar” podrían haber evolucionado a “har”, “bas” a “has”, “ver” a “her” y “bor” a “hor”  o “hur”. Pero creo que el ibero no debió ser una lengua aislada, sino relacionada con otras coetáneas, como el latín o el celta, o lenguas anteriores a todas ellas. Palabras latinas pudieron tener su antecedente en palabras iberas, tal como “falca” derivada de la ibera “balke”, o “flacus” a su vez derivada de “bilake”, etc.

 

 

 

 

  1. La evolución b > v > u > w > h.-

 

 

La evolución fonética, debida a un choque con otras civilizaciones o culturas, que portaban otros pueblos, como los celtas, con formas fonéticas muy diferentes, hizo que algunos fonemas muy habituales en el ibero, que no contempla variaciones hacia otras labiales, se transformaran en variantes fonéticas de las labiales como cito en el título del capítulo. Serian los alófonos del morfema /b/, como vemos en el inglés: “w”, o en el latín “f”, “v”, y quizás, por refuerzo de la “u” o de la “w” la introducción de la “k/g” proteica, que daría lugar a la escritura de “qu-“ y “gu-“, además de la “p” como variante fuerte y sorda. Por ello, uno de los casos de evolución fonética, que se da en el mismo momento en que se realizaban los escritos iberos debió ser el pronombre de plural, con sus dos formas para la primera y la segunda persona: “b-ir”, ‘nosotros’, “tu-ir”, ‘vosotros’, con el sufijo de plural “-ir”. Estos pronombres, escritos muchas veces al final de la frase parecen transformarse en “u-i” y “du-i”, donde se aprecia la sonorización total de la “b”, y el enmudecimiento de la “-r” final del morfema de plural “-ir”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LA FUNCIÓ DE LA LLETRA “H” EN L’IBER

 

  1. La funció de l’“h”.-

 

La lletra “h”, en moltes llengües, no té pronunciació, però el fet d’escriure-la ens ha de fer sospitar que, antigament, si la devia haber tingut, ja fora el so aspirat amb que encara la pronuncien en algunes llengües (anglès,…) o altre so conegut en aquests moments. Per tant l’“h” només representa l’enmudiment d’un so, en el presente desconegut, que la lletra “h” conserva al menys en l’espai buit que ocupa.

 

  1. Absència de l’“h” en l’iber.-

 

La llengua ibera sembla que no va conèixer l’h”, inexistent en el seu abecedari. És, doncs, evident que l’“h”, com a lletra, amb poc o cap so, no existía. Cab que algun dels  seus fonemes, si van passar a d’altres llengües, como podría ser la basca actual, o d’altres idiomes en els quals va actuar com a substracte, com en el català, va patir un enmudiment, tal com és evident en el mateix basc, on trobem paraules amb un fonema concret, i al mateix temps, la paraula sense aquell fonema i, en el seu lloc,  l’“h”, com, per exemple, “xurrupada” > “hurrupadada”, o “hobi” > “oi”, ‘geniva’, ‘tumba’.

 

  1. L’“h” a partir d’altres  sons.-

 

Així vegem que alguns sons han generat aquest enmudiment, però devem preguntar-nos: per què? O millor, per què en algns casos un mateix fonema enmudeix i en d’altres no? Crec que havia d’existir algún tipus de xoc de pobles, i en el qual certs sons podríen ser interpretats amb diferents variacions, com, per ejemple, la “b” podría donar lloc a sons més forts, com la “p”, o a sons més dèbils com la “v”, la “f” o la “u”, així com la “w” en l’anglès.

Encara que alguns sons oclusius han pogut donar com a resultat evolutiu l’“h”, evolucionant a “g” o “j” per arribar a un so aspirat o enmudit totalment, també la “b”, com a fonema oclusiu, podía haver anat cap a la “v” o “f”, i finalment, cap a la “w”, “u”, i molt possiblement, i al final, l’“h”.

 

  1. Estudi comparatiu.-

 

Si comparem la nostra llengua amb la llatina, de la qual va surgir, vegem que la lletra “f” de moltes paraules llatinas ha donat “h”, ha enmudit, i els filòlegs ho atribueixen a un fenòmen típic del basc, que podría haver contaminat al castellà, veí del basc, i també al gascó, un altre idioma en contacte amb el basc pel nord.

No passa el mateix amb el català, molt més conservador que el castellà respecte al llatí. Així, per exemple, “facere” va evolucionar a “fer”, i,  en canvi, en castellà “hacer”. Sembla, doncs, com si la llengua castellana, la basca i la gascona, i d’altres més llunyanes com l’anglesa, totes elles en zona d’ocupació celta, estiguessin més disposades a enmudir el fonema “f”, encara que no únicament, però si principalment, passant la “f” cap a l’“h” o la “w”. Només  voldria recordar el nom de l’“aquam” en llatí, que partint d’altres vocables segurament anteriors com “abo”, va acabar en “wa-ter”, ‘aigua’ en anglès, o “wa-ser” en alemany, i “agu-a” en castellà, per tant, si que es veu una certa evolució que acaba reforçant la “u-“ inicial amb el so “g/k”.

 

  1. Paraules basques amb “h”.-

 

Les paraules basques amb “h” són bastant freqüents i, especialmente, a l’inici de paraula, com “hor”, “hortz”, “hots”, etc. Moltes paraules basques són autòctones, d’altres semblen ser derivades d’altres llengües, como el llatí o llengües romances, sent algunes prèstecs clars d’aquestes. Podem citar entre aquestes llengües el canvi de “f” a “h”: “forneo” > “hornitu”, “fondus” > “hondar”, “femme” > “emma”, etc. Així, doncs, i fent una anàlisi etimològica, moltes paraules basques semblen haver arribat a la “h” provinents d’una anterior “f” o “b/v”, ja fossin originàries d’una altra llengua llatina o romance, o d’una llengua anterior a totes elles, que actués com antecedent, sigui el protobasc, o el preindoeuropeu, o també, es pot citar el mateix iber. Això fa que moltes paraules basques puguin semblar úniques o originals basques, quan, en realitat  són una evolució fonètica de paraules també existents en llengües veïnes.

 

  1. Possibles relacions ibero-basques.-

 

Les paraules iberes estan encara molt poc estudiades i interpretades, ja que, a pesar dels nombrosos esforços, continua sent un enigma per a nosaltres tot allò que posa en les inscripcions. Sempre hi ha qui creu que ha arribat a interpretar la llengua, però, el cert, és que no hi ha un sistema que ho faci de forma convincent, al menys per a la majoria de les persones. Totes s’apropen a la  interpretació de l’iber de la mà del basc, però aquest no és cap  clau mestra que faciliti les coses, encara que, evidentement, ha de ser una de les claus per a entendre qué diuen les escriptures i la llengua ibera.

Les paraules basques, si algunes o moltes, són derivades de l’iber, hem de pensar que han experimentat canvis en certs fonemes, cosa que l’allunyaria de l’iber primitiu, amb el qual guarda una relació estreta, però a la vegada, allunyada per l’evolució i influencias de 2 milenis. Per això cal aplicar fòrmules de transformació fonética, per poder establir els pareguts i la posible relació entre dues paraules, una de cada lèxic.

Paraules com “bar” podrían haver evolucionat a “har”, “bas” a “has”, “ver” a “her”, i “bor” a “hor” o “hur”. Però crec que l’iber no va ser una llengua aillada, sinó relacionada amb d’altres de coetànees, com el llatí o el celta, o llengües anteriores a totes elles. Paraules llatines haguèssin pogut tenir el seu antecedent en paraules iberes, tal com “falca”, derivada de la ibera “balke” o “flacus”, al seu torn derivada de “bilake”, etc.

 

 

  1. L’evolució b > v > u > w > h.-

 

L’evolució fonética, deguda a un xoc amb d’altres civilitzacions o cultures, que portaven d’altres pobles, com els celtes, amb formes fonètiques molt molt diferents, va fer que alguns fonemes molt habituals en l’iber, que no contempla variacions cap a d’altres labials, es transformessin en variants fonètiques de les labials, tal com cito en el títol del capítol. Serien alòfons del morfema /b/, com vegem en l’anglès: “w”, o en el llatí “f”, “v”, i, potser, per reforç de la “u” o de la “w”, la introducció de la “k/g” proteïca, que donaria lloc a l’escriptura de “qu-“ i “gu-“, a més a més de la “p”, com a variant forta i sorda. Per això, un dels casos d’evolució fonética que es dona en el mateix momento que es realitzen els escrits ibers, podía ser el pronom de plural, amb les seves dues formes per a la primera i la segona persona: “b-ir”, ‘nosaltres’, “tu-ir”, ‘vosaltres’, amb el sufix de plural “-ir”. Aquests pronoms, escrits molts cops al final de la frase, semblen transformar-se en “u-i” i “du-i”, on s’aprecia la sonorització total de la “b” i l’emmudiment de la “-r” final del morfema “-ir”.